El expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) afirmó hoy que es «un error pensar que el único camino para la paz es el diálogo con el terrorismo», durante la presentación de su libro «No hay causa perdida».
Junto a quien fue su vicepresidente, Francisco Santos, primo del actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y un auditorio en el que figuraban antiguos colaboradores y seguidores, Uribe presentó su libro autobiográfico en Bogotá después de haberlo hecho en Medellín, su ciudad natal, y previamente en Estados Unidos.
En el Centro Cultural Gabriel García Márquez de la capital colombiana, el expresidente, de 60 años, repasó diversos momentos de su vida y de su gobierno, los mismos que están reflejados en su libro, narrado en primera persona y desde hace dos semanas el más vendido en Colombia en la categoría de no ficción.
Expresó que la violencia política ha marcado su vida, desde que su familia abandonó en 1961 el hogar en el departamento de Antioquia a causa de la violencia entre liberales y conservadores, «buscando la paz», según sus palabras, hasta la muerte de su padre a manos de la guerrilla de las FARC en 1983.
«A mi generación le tocó vivir la violencia política en su juventud, y en la adolescencia el nacimiento y expansión de las guerrillas marxistas», insistió el exmandatario conservador, quien afirmó que su motivación al frente del Gobierno fue en todo momento evitar que las nuevas generaciones pasaran por lo mismo.
Uribe recordó las negociaciones que su Gobierno mantuvo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla colombiana, fundada como las FARC en 1964, y reveló que fracasaron porque se les propuso que cesaran las acciones criminales, pero «estos individuos no aceptaron, dilataron y dilataron».
En cambio a las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) «se les aplicó la misma regla, aceptaron un cese de las actividades criminales y por eso dialogamos», prosiguió, al referirse a la desmovilización de los paramilitares entre 2003 y 2006.
También justificó una de las actuaciones más polémicas de su Gobierno, cuando en 2008 el Ejército bombardeó un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador y en consecuencia el Gobierno de Rafael Correa rompió las relaciones diplomáticas.
«Muchas veces he repetido el perdón que le pedimos a Ecuador, el operativo no era contra Ecuador, no era contra el pueblo ecuatoriano, no era contra su soberanía, pero yo creo que en otras condiciones de Gobierno en Ecuador no lo habríamos necesitado», indicó.
E insistió en que su Política de Defensa y Seguridad Democrática, el eje de su gestión como presidente y que estuvo acompañada de los más de 8.000 millones de dólares del Plan Colombia, «estaba encontrando la paz».
En ese momento aseguró que «es un error pensar que el único camino para la paz es el diálogo con el terrorismo» en una clara alusión a las negociaciones con la FARC puestas en marcha este mes por el gobierno de Juan Manuel Santos. «Yo no puedo entender que se quieran negociar derechos de oposición con el terrorismo. Es muy grave para el país confundir oposición con terrorismo», dijo también Uribe.
Se refería así a uno de los puntos de la agenda entre el Gobierno y las FARC: las garantías para que los guerrilleros desmovilizados puedan ejercer la oposición política en caso de lograr un acuerdo de paz. Tras presentar «No hay causa perdida» en Bogotá y Medellín, las dos principales ciudades de Colombia, Álvaro Uribe emprenderá una gira por el resto del país. EFE