Lo que en antaño fue una símbolo de progreso y evolución de Caracas, hoy se ha convertido en una guarida que acoge a la inseguridad y la oscuridad en sus entrañas. Entre el bien y el mal se disputan las opiniones de los comerciantes, sobre lo que se vive dentro de este tradicional infraestructura capitalina
“Después de las 6:00 de la tarde o una vez que el sol se oculta, quien pasa por cualquier pasaje del Centro Simón Bolívar (CSB) es un valiente o un estúpido, porque si no te atracan o te pasa algo peor, es porque ocurrió un milagro o eres un mismísimo santo. Es así de grave y a quien le parezca una exageración, sólo tiene que arriesgarse a pasar por aquí para confirmarlo”.
Así se manifestó el trabajador de un antiguo restaurante de este lugar, cuya identidad prefirió no revelar, refiriéndose al estado en el que actualmente se encuentra este importante y legendario lugar de Caracas, cuyas definidas, estéticas y futuristas formas y espacios están sumidos en una oscura sombra que no llega a ser “ni un mal reflejo de lo que era en antaño”.
Y es que para su inauguración en 1947, esta arquitectura que consta de dos torres paralelas y gemelas, con una especie de sótano dispuesto para la actividad social y comercial, llegó a ser un símbolo de progreso e identidad nacional, en la época que Venezuela pasó de ser un país agrícola a uno petrolero. Cuya estructura que integra diversas manifestaciones artísticas ,eran un ejemplo de progreso y modernidad.
Quedó en el olvido
Sin embargo, hoy nadie recuerda estas características, pues parece que el CSB actualmente es un sinónimo de miedo, ya que quienes lo conocen prefieren evitarlo y los que laboran ahí, luego de terminar su jornada, se retiran sin mirar atrás, “agradecidos de no haber sido sometidos por la delincuencia y rezando para que sea igual durante el siguiente día”.
Muchas son las denuncias que transeúntes y trabajadores realizaron dentro del anonimato, alegando que diariamente se conoce una nueva historia sobre un atraco, arrebato e incluso violación, sin que ya nadie se sorprenda o se inmute por la situación.
“Ya es algo de normal. Tristemente nos hemos vuelto personas sumamente tolerantes a esta realidad, no nos queda de otra. Y cada cuento es más horrible que el anterior, la desidia, al abandono y la falta de valores ciudadanos a la que estamos expuestos es fuerte. Cualquier rincón lejano no está exento de vandalismo, y la mayoría ya están convertidos en un baños súper públicos”, relató una comerciante de la zona.
Esquina del terror
Un ejemplo de esto, es una esquina que se encuentra bajo la tasca El Gran Caballo, que es un lugar que está en total abandono, donde los efluvios desagradables, la basura y el piso polvoriento, manchado a consecuencia del orina humana, hace que más de uno se espante al pasar a su lado y siga su camino con pasito apurado.
“Eso ahí como es apartado y oscuro, en un punto ideal que los desadaptados aprovechan para hacer y deshacer. Ya yo he visto de todo, gente teniendo sexo, consumiendo drogas, defecando y pare usted de contar (…) pero quién le dice algo, es preferible bajar la cabeza y hacerse el loco para resguardarse”, aseveró un trabajador de un local cercano.
“El Terminal no ayudó”
Con la inauguración del Terminal Río Tuy, ubicado en lo que originalmente era parte del estacionamiento del CSB, muchos esperaban que esta situación cambiara pues la promesa de menos caos y mayor seguridad sonó muy tentadora. Ya han pasado casi 14 meses desde entonces “y todo sigue igual o peor”.
“Pensamos que mejoraríamos con eso, pero no ayudó. Creíamos que como la afluencia de visitantes posiblemente iba a ser mayor, mejorarían los sistemas de seguridad y recuperarían las áreas deterioradas pero no, una que otra cositas han hecho, pero no ha sido suficiente, lamentablemente nunca es suficiente”, señaló el mismo hombre.
Finalmente, los que hacen vida en este lugar, hicieron un llamado a las autoridades a fin de mantener la vigilancia de forma permanente, y no sólo con recorridos aleatorios. “De nada vale que pasen mil veces de día, si se guardan en la noche que es cuando comienza la fiesta de la inseguridad”, concluyeron.
“Siempre hacen patrullaje”
Hay quienes opinan diferente sobre la actual situación de inseguridad que se vive en el Centro Simón Bolívar en Caracas. Tal es el caso de Myriam Ramírez, vendedora, quien indicó que hace mucho tiempo que no ve un hecho irregular en la zona, mas agregó que policía hace patrullaje constante por todo el lugar previniendo la delincuencia. “Siempre hay funcionarios en motos haciendo recorridos y detienen al que ven a alguien sospechoso”, mencionó.
“Deben hacerle un cariñito”
Comerciantes y usuarios del Centro Simón Bolívar, hicieron un llamado a las autoridades competentes a fin de que le brinden “un cariñito” a esta importante edificación del situada en zona central de Caracas. “Ciertamente ya le han hecho bastantes recuperaciones, pero aún falta muchísimo y no hemos visto personas trabajando en ello. Esperamos que no abandonen este proyecto para que vuelva a ser lo que fue hace muchos años ya”, expresaron.
Anabel Barrios Díaz
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