Los curiosos contaron que Maickol Medina, luego de recibir el balazo, cayó al suelo y comenzó desangrarse. Los delincuentes tomaron las llaves de la camioneta y se subieron a ella. Trataron de prenderla, pero esta no respondió. Resignados, se bajaron y huyeron en las motos en que se movilizaban.
A Maickol Medina, de 23 años, a su madre Vicky y a su hermana Victoria -quien está embarazada- los interceptaron tres motorizados el martes, cuando salían de su casa, en la avenida 96 con calle 79 del barrio Ezequiel Zamora en Maracaibo. Al muchacho le dispararon en el cuello por oponerse al robo de su Bronco negra, placa 5855-XIE.
Los Medina son comerciantes. Según los vecinos, venden ropa en el centro. Los curiosos contaron que Maickol, luego de recibir el balazo, cayó al suelo y comenzó desangrarse. Los delincuentes tomaron las llaves de la camioneta y se subieron a ella. Trataron de prenderla, pero esta no respondió. Resignados, se bajaron y huyeron en las motos en que se movilizaban.
La madre de Medina comenzó a gritar pidiendo auxilio al ver que los delincuentes se habían alejado. Al muchacho lo levantaron del suelo, lo subieron a otra de sus camionetas y lo trasladaron hasta la emergencia de una clínica de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante, donde los médicos certificaron su muerte.
Los parientes de la víctima, por ser de la etnia Wayuu, cargaron el cuerpo sin vida y con la misma lo subieron a su vehículo nuevamente. Se lo llevaron a su hogar y lo acostaron en su habitación.
Los detectives de la Policía científica se acercaron hasta la casa del occiso para realizar el levantamiento del cadáver, pero la familia no se los permitió sino hasta después de varias hora. Ayer le practicaron la necropsia de ley.
La Verdad