La Palabra de Dios
“Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”: Lucas, capítulo 2, versículo 14.
Así decía el coro de ángeles que se les apareció a los pastores de Belén para anunciarles el nacimiento del Hijo de Dios.
Nunca podremos entender en su totalidad la importancia que este acontecimiento divino tiene en nuestras vidas, ya que fue producto del amor del Padre hacia una humanidad pecadora que no lo merecía.
Fue un gesto de misericordia para cada uno de nosotros, a fin de que por gracia seamos salvos al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador.
Los ángeles dijeron a los pastores: “No tengan miedo, miren que les traigo buenas noticias, que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor”, Lucas, capítulo 2, versículos 10 y 11.
Las buenas noticias también son para nosotros y más aún, en ese momento los pastores no sabían cómo les impactaría en su vida el nacimiento de ese niño, ni tampoco que hacer para recibir el perdón, la salvación y la vida eterna.
Nosotros si lo sabemos, porque ese niño creció, sufrió, murió y resucitó por cada uno de nosotros y está al lado del Padre Santo, abogando por todos los que le entregamos nuestra vida.
“Por lo tanto ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús” dice el Apóstol Pablo en la carta a los Romanos capítulo 8, versículo1, de las Santas Escrituras.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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