El gobierno sigue insultado la inteligencia de los venezolanos y provocando a la sociedad mofándose descaradamente de su democracia. Los últimos acontecimientos de la AN donde se eligió al poder moral por mayoría simple es un duro golpe a la legitimidad de origen obtenida en las elecciones.
Desplazando con creces aquella famosa aplanadora que usaron en su tiempos AD y Copei, que pese a su mayoría respetaban la autonomía de los poderes y privilegiaron credenciales, el oficialismo le vuelve a dar una bofetada a la democracia al elegir sin ningún tipo de escrúpulos y con el más profundo descaro al Contralor, Fiscal y Defensor del Pueblo, mostrando una vez mas las protuberantes costuras de un gobierno que no practica la ecuanimidad.
La ratificación de Luis Ortega Díaz como Fiscal General de la República es una provocación. La funcionaria no ha dado muestras de equilibrio ni de imparcialidad, por el contrario sus acciones han estado orientadas a la persecución de la disidencia y a soslayar hechos tan evidentes como lo fue el sonado caso de la maleta incautada en Argentina a Antonini Wilson y los famosos petrodólares del gobierno, así como innumerables delitos que han quedado impunes sin investigación ajustada a derecho.
La selección del Contralor también genera suspicacias pues Manuel Galindo Ballesteros, independientemente de sus credenciales, se desempeñó como Procurador encargado, pero antes fue consultor jurídico de la Asamblea Nacional durante la presidencia Cilia Flores lo cual quiere decir que es un hombre cercano y de confianza a la pareja presidencial y es poco lo que se puede esperar de él a nivel de imparcialidad.
Finalmente a Tarek William Saab, ex gobernador de Anzoátegui le dieron su premio de consolación nombrándolo Defensor del Pueblo cargo con el cual se identificó en su tiempo de opositor, pero es un radical y un resentido que no garantiza equilibrio, sino más bien discordia.
Con este nuevo ejemplo de inmoralidad el oficialismo se despacha y se da el vuelto.
El país no aspiraba que pusieran justicieros, adecos o copeyanos, ni a personajes de la extrema derecha, pero la ingenuidad de algunos les permitió pensar que al menos la fracción del Psuv actuaría con decencia frente a la dura circunstancia que se nos avecina por la mala praxis que dilapidó nuestra bonanza petrolera.
El próximo paso le toca al TSJ que dejará estampados los nombres de Tibisay Lucena y Sandra Oblitas en el CNE en reconocimiento a su sumisa y parcial labor que acrecienta la desconfianza en el árbitro electoral.
Se repite entonces la historia. Mientras el gobierno se confeccionaba otro traje a su medida en la Asamblea Nacional, en la calle, las amas de casas continúan hacían cola para conseguir en plena víspera de la Navidad, Harina Pan, shampoo, detergentes, pollo, medicinas y papel higiénico lo cual ha convertido a Venezuela en la vergüenza del continente con índices de competitividad e inflación, desastrozos.
Triste relato de una nación hipnotizada por el populismo, la demagogia y la mediocridad.
Lo que nos dejó el proceso
No pretendemos que esta sea una columna premonitoria, pero nos basta que resumir algunos hechos que han ocurrido en estos quince años de proceso revolucionario para darnos cuenta de que se ha perdido una extraordinaria oportunidad de bonanza petrolera que comenzaremos a extrañar en este 2015.
El futuro que se avizora no es nada alentador y el gobierno aún consciente de las dificultades que nos tocará enfrentar hace caso omiso en su cotidiano ejercicio de populismo que se ha mantenido vigente gracias a la inmensa cantidad de recursos que nos proporcionó la exportación del negro mineral.
Ahora la historia será distinta y el presupuesto tendrá que ajustarse a la realidad que estuvo inflada desde que los precios del petróleo escalaron la barrera de los cien bolívares.
La decisión de ajustar impuestos y otras tasas impositivas afectarán severamente lo que queda de aparato productivo. Se acentuará la escasez, el desempleo, la inflación y la moneda continuará devaluándose si no se toman correctivos prudentes.
Con todo a pesar de las aves agoreras debemos ser optimistas y visualizar que tras una crisis siempre hay una oportunidad para asumirla con audacia y creatividad.
El gobierno la tiene difícil. La bomba amenaza con estallarle en la cara.
Veremos si es capaz de navegar con tranquilidad en este mar picado con el viento en contra.
Arena y Cal
NOS QUEDAMOS esperando la quema masiva de visas americanas tal como lo demandó el presidente Nicolás Maduro durante el acto de aniversario de la Constitución y en respuesta a las sanciones que aprobó el gobierno americano contra corruptos y violadores de derechos humanos.
MUY TARDÍA, por no decir extemporánea la solidaridad del gobierno cubano con su par venezolano luego de las sanciones. Pareció más un cumplido que una posición espontánea y solidaria.
EL NUEVO defensor del pueblo Tarek William Saab fue uno de los primeros sancionados por el gobierno americano en tiempos de Bush por su vinculación con actos terroristas en España. No tuvo necesidad de quemar su visa, sencillamente se la revocaron.
PEAJES. El gobierno anuncia que se retorna el pago de peajes en autopistas y que sus recursos serán administrados por los gobernadores, menos Liborio Guarulla, Henry Falcón y Henrique Capriles.
ESTAMOS a la espera de una nueva decisión del gobierno venezolano sobre el tema cambiario. El bajón de los precios del petróleo no presagia que el control de cambios se flexibilice, por el contrario, la tendencia es a endurecerlo.
LA OPOSICION venezolana debe plantearse grandes retos para el próximo año. El primero es lograr acoplar las diferencias internas para construir una opción competitiva de cara a las elecciones a la Asamblea Nacional. El 2014 ha sido catastrófico para la MUD.
ESTA es nuestra última columna del año. Deseamos a toda la familia venezolana un 2015 lleno de prosperidad y mucha salud, sin distingos de ningún tipo. Somos optimistas con el futuro. Volveremos a mediados de enero.
@jaircuba