Dos de los reos heridos el 31 de diciembre fueron trasladados al Hospital Pérez Carreño producto de las heridas sufridas por los perdigones y entre ellos mismos con botellas
“Bajo chataje o amenaza yo no haré concesiones, hago concesiones lógicas y coherentes”, sentenció este viernes Levis Ávila, jefe de Poliguaicaipuro, en respuesta a las amenazas de iniciar una “huelga de sangre” por parte de los privados de libertad que protagonizaron el pasado miércoles un motín en los calabozos de El Paso.
El jefe policial detalló que actualmente los presos están siendo distribuidos en varias dependencias de Guaicaipuro, donde a sus familiares se les está permitiendo llevar alimentos.
El día de ayer, ante la negativa del director de Poliguaicaipuro de permitir visitas, los internos anunciaban que iniciarían una huelga de sangre. “Esa situación –reestablecer la visita- no va a suceder, porque nos arriesgamos si lo permitimos a que se genere otra situación violenta como la registrada el 31 (…) Es una situación delicada, no puedo hacer concesión de ese tipo”.
Agregó que los detenidos ya están predispuestos a eso y recordó que el 23 de diciembre lograron frustrar una fuga; “en esa oportunidad ellos vociferaron que cuando tuvieran visita intentarían fugarse nuevamente, lo que trataron de hacer el 31”.
Dejo claro que no se están negando a que vean a sus familiares, “pero tal cual como ellos lo solicitan en presencia de un fiscal y si es posible acompañados de un defensor del pueblo quien es el órgano competente en defensa de derechos humanos, con la presencia de ellos se ingresara a dos o a un familiar de forma progresiva”.
Rechazó que estén tratando de esconder lo ocurrido, “hay varios lesionados y de hecho aparece reflejado en la prensa en declaraciones que yo mismo ofrecí, hay heridos producto de perdigones plásticos, tuvimos que solicitar apoyo de la Guardia Nacional y la Policía del estado Miranda para ingresar a los calabozos el día del suceso”.
Avila detalló que los detenidos tenían ese día -31 de diciembre- en su poder una gran cantidad de botellas de cerveza llenas y vacías que las utilizaron como proyectiles para atacar a los uniformados, “yo ingresé a los calabozos desde un principio para verificar que no se violaran los derechos de los presos y poner control, pero tuve que salir de allí porque el ataque con botellas fue muy fuertes, la resistencia por parte de ellos fue muy fuerte”.
Narró que la mayoría estaba bajo los efectos de bebidas alcohólicas: “al tomar el control del penal tumban la puerta y tomaron las cervezas que estaba en el deposito, una persona que comienza a tomar cerveza caliente a las 4:00 de la tarde imaginen el estado en el que estaba a las 9:00 de la noche”.
Dijo que al observar que podían tener acceso a la sala de evidencias donde hay 11 armas de fuego con sus cartuchos decidieron actuar, “si llegaban a tomar eso hubiese sido mucho peor, con muerto de lado y lado, eso nos obligó a entrar y retomar el control del penal”.
Esa noche hubo heridos leves, reiteró que no hay lesionados de gravedad, “la fuerza utilizada fue en proporción a la resistencia que pusieron los privados de libertad, nosotros con cartuchos plásticos y ellos con botellas”.
Rechazó las denuncias hechas por familiares quienes aseguran que los detenidos no han recibido asistencia médica tras resultar heridos en el motín. “Si nosotros no le prestamos los primeros auxilios que ellos ameritan le estaríamos violando sus derechos, ellos desde el primero día fueron trasladados al Hospital Victorino Santaella, mientras que Protección Civil municipal se trasladó a San Pedro donde fueron trasladados algunos de los presos para atenderlos, incluso me dedique a llamar a los familiares de esos presos”.
Daniel Murolo