Miles de personas protestaron ayer en la emblemática plaza parisina de La Republique, en un silencio absoluto, contra la masacre terrorista perpetrada en la sede del semanario francés Charlie Hebdo, en la cual murieron doce personas. Mandatarios de todo el mundo, incluido el presidente venezolano Nicolás Maduro, repudiaron el hecho y pidieron justicia, así como en sedes de medios de comunicación de todo el planeta (en la gráfica). Al final de la tarde de ayer se anunció que fueron capturados tres de los respondables del atentado
El personal estaba en una reunión editorial y los atacantes apuntaron directamente al director del diario, Stephane Charbonnier
Hombres enmascarados que irrumpieron el miércoles en las oficinas de un semanario satírico francés al grito de «Allahu akbar» (Dios es grande) mataron a 12 personas antes de huir, en el peor ataque terrorista en el país que se recuerde.
El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, dijo que las fuerzas de seguridad buscaban a tres hombres después del ataque al mediodía al semanario, cuyas caricaturas del profeta Mahoma han recibido frecuentes condenas de musulmanes. Doce personas murieron y ocho resultaron heridas, cuatro de ellas de extrema gravedad, según las autoridades.
El presidente Francois Hollande describió el ataque contra el semanario como un «atentado terrorista, sin duda» y dijo que «en las últimas semanas» se habían frustrado otros atentados.
En principio nadie se hizo responsable del ataque.
Vestidos de negro con capuchas, con fusiles automáticos y hablando en francés impecable, los atacantes obligaron a una caricaturista del semanario Charlie Hebdo —que estaba en la puerta con su hija pequeña— a abrir la puerta.
El personal estaba en una reunión editorial y los atacantes apuntaron directamente al director del diario, Stephane Charbonnier —conocido por su seudónimo Charb— a quien mataron junto con su guardaespaldas policial, dijo Christophe Crepin, portavoz del sindicato policial. Minutos después, dos hombres se dirigieron con tranquilidad a un auto negro que los esperaba abajo y le dispararon a un agente de policía. Uno de ellos le disparó a la cabeza cuando se retorcía en el suelo.
Diez periodistas y dos agentes murieron, dijo Crepin. Uno de ellos era el guardaespaldas de Charb y el otro llegó luego en bicicleta.
«¡Oigan! ¡Vengamos al profeta Mahoma! Matamos a Charlie Hebdo», gritó uno de los hombres, captado por un video desde un edificio cercano que fue transmitido por la televisión francesa. Otras imágenes mostraron a dos agresores vestidos de negro en un cruce de calles que parecían disparar en la acera. Entre los disparos se escuchó el grito de «Allahu akbar».
Francia elevó su nivel de alerta al máximo y reforzó la seguridad en casas de oración, tiendas, oficinas de medios de comunicación y medios de transporte. Los más altos cargos del gobierno realizaban una reunión de emergencia.
Hollande tenía programado hablar a la nación por la noche y las escuelas de la capital suspendieron las clases.
Líderes mundiales —como el presidente estadounidense Barack Obama, quien ofreció ayuda para atrapar a los autores de la «horrenda matanza», la canciller alemana Angela Merkel, el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro británico David Cameron— condenaron el ataque, mientras partidarios del grupo Estado Islámico lo festejaron como una merecida venganza contra Francia.
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“Nuestra mejor arma es nuestra unidad. Nada puede dividirnos, nade debe separarnos” declaró Hollande en una alocución especial televisada. El presidente anunció igualmente que las banderas serán puestas a media asta durante tres días.
Asimismo, aseguró que se encuentran “tras la pista” de los responsables. El mandatario insistió que se establecieron perímetros de seguridad en las “zonas que puedan estar amenazadas”.
El mandatario indicó que establecieron perímetros de seguridad en las zonas “que podría estar amenazadas”.
El jefe de Estado reiteró que es “responsabilidad” ahora del pueblo francés unirse ante la tragedia.
Vía AP