Dos hermanos sospechosos del mortal atentado contra un periódico estaban acorralados el viernes dentro de una imprenta al nordeste de París, con un rehén y diciendo a la policía que «quieren morir como mártires», según un legislador.
Las fuerzas de seguridad inundaron la pequeña localidad industrial de Dammartin-en-Goele, en una gran operación para detener a los sospechosos del atentado terrorista con más víctimas que sufre Francia en décadas. Uno de los hombres fue condenado por cargos relacionados con el terrorismo en 2008, y una fuente de seguridad estadounidense dijo que los dos hermanos estaban en una lista de exclusión aérea.
Las autoridades evacuaron una escuela cercana en torno al mediodía del viernes, después de que los sospechosos accedieran por teléfono a permitir el paso de los niños, indicó dijo a la Associated Press Audrey Taupenas, portavoz de la localidad.
«Dijeron que quieren morir como mártires», dijo a su vez el legislador local Yves Albarello, que dijo estar dentro del puesto de mando, a la cadena francesa a i-Tele.
Se cree que los dos hermanos eran los agresores enmascarados que perpetraron el metódico ataque el miércoles sobre una reunión editorial en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo, matando a 12 personas en el centro de París.
Al menos tres helicópteros sobrevolaban Dammartin-en-Goele, cerca del aeropuerto Charles de Gaulle. Dos pistas de aterrizaje se cerraron a los vuelos de llegada para evitar interferencias en la operación, indicó un portavoz del aeropuerto.
El ayuntamiento pidió a los vecinos que permanecieran dentro de sus casas.
El asedio en la pequeña localidad se producía después de que los sospechosos secuestraran un coche el viernes por la mañana en un pueblo cercano.
Después del ataque del contra las oficinas de Charlie Hebdo, las autoridades movilizaron a decenas de miles de efectivos de seguridad para evitar un segundo atentado.
En el ataque del miércoles murieron 12 personas, incluyendo el editor jefe de la publicación, un caricaturista que llevaba escolta armada debido a las amenazas contra su vida tras la publicación de caricaturas del profeta Mahoma. Él y su guardaespaldas fueron los primeros en morir, según los testigos.
Los hermanos Cherif y Said Kouachi fueron identificados como principales sospechosos después de que uno de ellos pareciera dejarse el carnet de identidad de Said en un coche de huida que abandonaron. Los dos estaban atrincherados en el edificio de la firma de impresión CTF Creation Tendance Decouverte.
Xaviar Castaing, portavoz jefe de la policía regional de París, y la portavoz del ayuntamiento Audrey Taupenas señalaron que parecía haber un rehén dentro de la planta de impresión.
Christelle Alleume, que trabaja al otro lado de la calle, dijo haber oído disparos durante su descanso para el café el viernes por la mañana.
«Oímos disparos y volvimos muy deprisa porque todo el mundo tenía miedo», dijo a i-Tele. «Nos ordenaron apagar las luces y no acercarnos a las ventanas».
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo que ambos hombres eran conocidos por los servicios de inteligencia.
Una fuente estadounidense dijo el jueves que el hermano mayor había viajado a Yemen, aunque no estaba claro si estaba allí para sumarse a combatientes extremistas como al-Qaida en la Península Arábiga, que tiene su base en la zona.
El hermano menor, Cherif, fue condenado por cargos de terrorismo en 2008 por sus lazos con una célula que enviaba yihadíes para combatir a las tropas estadounidenses en Irak.
Además, ambos estaban en la lista estadounidense de exclusión de vuelo, señaló un alto cargo antiterrorista estadounidense. Las fuentes estadounidenses hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizadas a comentar de forma pública asuntos de inteligencia en el extranjero.
El presidente francés, François Hollande, hizo un llamado a favor de la tolerancia tras el peor atentado terrorista que sufre Francia en décadas.
«Francia fue golpeada directamente en el corazón de su capital, en un lugar donde el espíritu de la libertad -y por ende de la resistencia— respiraba libremente», declaró Hollande.
Nueve personas allegadas a ambos hermanos fueron detenidas para interrogatorio en diversas regiones. En total, 90 personas, muchas de ellas testigos del horrible ataque contra el semanario satírico Charlie Hegbdo, fueron interrogadas para que facilitaran información sobre los agresores, dijo el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
El tercer sospechoso, Mourad Hamyd, de 18 años, se entregó en una comisaría el miércoles por la noche tras oír su nombre en relación con los ataques. Su relación con los hermanos Kouachi no estaba clara.
Las fuerzas antiterroristas francesas conocían bien a los Kouachi, nacidos en París de padres argelinos. Cherif, un repartidor de pizzas, había aparecido en un documental de la televisión francesa en 2005 sobre el extremismo islámico, y fue condenado a 18 meses en prisión en 2008 por intentar sumarse a combatientes que luchaban en Irak.
Charlie Hebdo llevaba tiempo recibiendo amenazas por sus chanzas sobre el islam, aunque también satirizaba otras religiones y figuras políticas. El semanario había publicado caricaturas del profeta Mahoma, y un boceto del líder del grupo Estado islámico fue el último tuit enviado por el irreverente periódico, unos minutos antes del ataque. Su cuenta de Twitter no se ha actualizado desde entonces.
En el atentado murieron ocho periodistas, dos policías, un empleado de mantenimiento y un visitante.
Charlie Hebdo tenía previsto lanzar una edición especial la semana que viene, producida en las oficinas de otro periódico.
Entre las víctimas mortales se encontraba el editor Stephane Charbonnier, conocido como Charb. El dibujante «simbolizaba el laicismo… el combate contra el fundamentalismo», dijo en BFM-TV su compañera, Jeannette Bougrab.
«Estaba dispuesto a morir por sus ideas», dijo.
Las autoridades en toda Europa han advertido de la amenaza que supone el regreso de yihadíes occidentales entrenados en combates en Oriente Medio. Francia tiene al menos 1.200 ciudadanos en la zona de guerra en Siria, sumando a los que viajaron al lugar, los que regresaron y los que murieron. Tanto el grupo miliciano Estado Islámico como al-Qaida han amenazado a Francia, donde se encuentra la mayor población musulmana de la Europa occidental.
El sospechoso francés de un ataque mortal en 2014 contra un museo judío en Bélgica había regresado tras combatir junto a extremistas en Siria, y el hombre que mató a tres soldados y otras cuatro personas en una escuela judía del sur de Francia en 2014 había recibido entrenamiento paramilitar en Pakistán.AFP