Antonio González, habitante del municipio Independencia, señaló que los conductores de los “caballitos de hiero”, en muchas oportunidades, se desplazan por las aceras atropellando a los peatones
La falta de conciencia, pareciera ser una característica común entre la mayoría de los motorizados de la región de los Valles del Tuy, a juzgar por sus acciones a la hora de dirigir el volante de los también conocidos como “caballitos de hierro”.
Pasar por las aceras, comerse una luz frente a un semáforo y realizar maniobras bruscas, que en oportunidades ponen en riesgo sus vidas y las de los demás, son algunas de las críticas generalizadas hacia estos conductores.
Antonio González, chofer y habitante del municipio Independencia, señaló que “la mayoría de los motorizados comenten abusos ante la mirada indiferente de las autoridades porque ellos no respetan a nadie”.
Sin casco
Uno de los requisitos para tripular una moto es el uso del casco protector que por lo general el conductor lleva colgado en el brazo derecho.
“No usan el casco ni otros implementos que deberían tener para protegerse ellos mismos a la hora de un accidente pero estas normas no son cumplidas”, comentó el declarante.
Por su parte Robert Pérez, quien es comerciante en Cúa, dijo que se ha hecho común observar hasta tres y cinco personas viajando en una moto.
“Uno ve siempre a los motorizados con varios pasajeros en la moto, cuando ese tipo de vehículos es para máximos dos usuarios”, expresó.
Acotó que frente a su local, donde regularmente es instalado un punto de control policial, “los motorizados pasan sin casco y quizás hasta sin papeles y los policías no les dicen nada”.
Campaña de conciencia
Una campaña de concientización, que permita que los conductores de moto sepan la responsabilidad que tienen frente a un volante, sería una estrategia que deberían implementar las autoridades competentes, según añadió José Pereira, conductor de una buseta en Charallave.
Además acotó que las sanciones para los motorizados, por infringir cualquier reglamento, deberían ser costosas “para que las cosas cambien y tomen consciencia”, dijo.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez
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