El sacerdote venezolano Sebastián Bernal, cura párroco de “Santa Rosa”, desde junio de 1736 hasta agosto de 1792, gran devoto de la Divina Pastora, fue el que adquirió la imagen de la Pastora que hoy se venera en esa población larense
Llega el 14 de enero y amanece todo un pueblo unido en devoción. En este día no hay diferencias, van caminando todos juntos, tropezando de alegría en una religiosa tradición de la ciudad de Barquisimeto que se viste de gala para festejar con la más hermosa de las pastoras.
La imagen de la Divina Pastora guía a su rebaño de fieles, quienes la acompañan cantando, sudando, riendo…Ofrendas, aplausos, lluvia de pétalos, oraciones, promesas, pastorcitos y nazarenos, los descalzos, los de rodilla, los que salen y llegan en plegarias y cánticos, los que venden, los que compran, los visitantes, los anfitriones, todos feligreses unidos.
Y es que la procesión mariana más concurrida del país y una de las más impresionantes de Latinoamérica es, sin duda alguna, la de la Divina Pastora. A pesar de ser una típica devoción sevillana, que data del siglo XVIII, los larenses tienen a su Pastora como algo propio.
La Divina Pastora es uno de los iconos religiosos más importantes de Venezuela. Es la patrona de Barquisimeto y es una de las vírgenes más queridas y seguidas de esa zona del país. Cada 14 de enero se celebra una multitudinaria procesión en la que esta imagen es llevada desde Santa Rosa hasta la capital del estado Lara, en un recorrido de unos ocho kilómetros aproximadamente.
Los larenses la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela que tenga un vestuario más lujoso que el de la Divina Pastora. La Divina Pastora tiene más de 100 vestidos, los cuales le son cambiados cada 15 días.
Este año 2015 se espera que, un aproximado de 2 millones y medio de personas asistan a la procesión Nro. 159 de la Divina Pastora en Barquisimeto. Para recibirlos y brindarle seguridad, la alcaldía de Barquisimeto y la gobernación del estado Lara dispondrán de más de mil 400 uniformados policiales.
Nace la devoción
Esta deidad proviene de Sevilla (España). Un cura capuchino, de nombre Isidoro de Sevilla, recibió una revelación en uno de sus sueños. Era la imagen de la Divina Pastora. Días más tarde, le dio al artista Miguel Alonso de Tovar, una descripción detallada de su visión para que éste realizara un cuadro.
La imagen de la virgen con sombrero pastoril, cubierta por un manto azul, sosteniendo en su mano izquierda al niño y apoyando la derecha sobre un cordero, fue llamada “Divina Pastora de Almas”. Años más tarde, el escultor Francisco Antonio Gijón, esculpió la imagen tamaño natural de la Divina Pastora y en el año 1705, la imagen fue llevada a su primera procesión en este país europeo.
El comienzo de la veneración por la Divina Pastora en Venezuela se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de “Santa Rosa” encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora.
De inmediato, el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento, la población interpretó este raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos.
Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba a la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de “Santa Rosa” de que la virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.
A mediados del siglo XIX venezolano, tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como patrona del estado Lara. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera y muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, ante lo cual fueron completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias. Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, la cual fue concedida, ya que a partir de ese mismo día, cesó la epidemia de cólera.
Según la tradición se produjeron varias curaciones milagrosas de la peste del cólera, atribuidas a la Divina Pastora. El padre Yépez enfermó de cólera y se sanó, pero inmediatamente le dio fiebre tifoidea y falleció el 16 de junio de 1856. El presbítero José María Raldíris, en su cualidad de vicario foráneo de Barquisimeto, como un testimonio de perenne gratitud a la Divina Pastora, dispuso que su imagen fuera llevada a la ciudad de Barquisimeto todos los años el día 14 de enero, lo cual se ha cumplido hasta el día de hoy y son innumerable los favores y milagros que los creyentes han recibido a través de la mediación de la Divina Pastora y cada día aumente la fe hacia ella.
Rebaño de María
La primera imagen de la Divina Pastora fue trajeada por monjas del Convento de la Encarnación, quienes la vistieron con un traje de Pastora siguiendo la descripción del Padre Isidoro. En octubre de 1705 la imagen de la Divina Pastora, es llevada a su primera procesión dentro de una gran solemnidad hasta la iglesia parroquial de Santa Marina, que para el momento constituía la novena sede de la “Primitiva Hermandad del Rebaño de María”.
Edda Pujadas / @epujadas