El plan divino
Cada inicio de año preparamos planes y proyectos para nuestra vida y nuestra familia, elaboramos una agenda de compromisos y actividades a corto, mediano y largo plazo y nos proponemos a ejecutarlos.
Sin embargo, debemos entender que si nuestros planes, proyectos o deseos no están acordes con el plan de Dios, no vamos a obtener los resultados correctos, aunque aparentemente nos vaya bien.
En el libro de Jeremías, capítulo 29, versículos 11 al 14, podemos leer: “Pues yo se que los planes que tengo para ustedes -dice el Señor-, son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”.
Dios espera que nos pongamos de acuerdo con Él en todo lo que hagamos en nuestra vida, que pongamos delante de Él nuestros sueños, deseos, necesidades, temores, preocupaciones, etc. y Él, con su sabiduría divina y con su gran amor, nos dará lo que nos conviene.
“Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas y Él te mostrará cual camino tomar”, dice el libro de Proverbios en los versículos 5 y 6 del capítulo 3.
No está mal que nosotros hagamos planes para el bienestar de nuestra familia y el propio, pero a veces lo que nosotros queremos no es lo que nos conviene, aunque no lo entendamos.
Por eso es necesario buscar la guía de Dios en todo momento y Él como nuestro Padre Santo, sabrá bendecirnos abundantemente en todas las áreas de nuestra vida y beneficiar también a nuestros seres queridos.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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