La caída del precio del petróleo que golpea a la economía venezolana no tiene perspectivas de detenerse. Su última esperanza, un acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), es por ahora lejana, reseña Infobae.
Los analistas creen que el Brent y el WTI, que actualmente están en 46,59 y 45,89 dólares por barril, podrían caer por debajo de los 40 dólares en los próximos meses.
En el corto plazo, lo único que podría revertir esta situación es que la OPEP resuelva reducir la producción, lo que disminuiría la oferta y ejercería presión sobre los precios. Pero en el último encuentro formal, se decidió mantener el actual nivel de 30 millones de barriles diarios.
Los países fuertes de la organización, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes, apuestan a que los precios sigan cayendo, para hacer económicamente inviable el petróleo no convencional que producen otros países. Para eso están dispuestos a reducir sus ganancias por un tiempo.
Pero Venezuela, que afronta una crisis económica de «desenlace incierto», no tiene el margen de Arabia Saudita. Los pocos dólares que ingresan a su economía provienen exclusivamente de la exportación de crudo.
Por esta situación, la medidora de riesgo internacional Moody’s rebajó nuevamente la calificación crediticia de Venezuela y advirtió que el país quedó al borde del incumplimiento de pagos. Como consecuencia del deterioro de los ingresos nacionales por el declive en el precio del crudo, el «riesgo de incumplimiento (de pago) ha subido sustancialmente», sostuvo la calificadora.
«Venezuela está en medio de una recesión económica y tiene un marco de política altamente discrecional que refleja debilidad institucional», agregó.