A los pocos días recibió su primera amenaza de muerte.
Una era una fetua (decreto islámico) que había emitido el radical e influyente clérigo Anwar al Awlaki (un imán nacido en Estados Unidos que vivió en Yemen), quien dijo que Norris era «un blanco importante» para que la ejecutaran por crear caricaturas blasfemas.
Norris desató la controversia en abril de 2010 con un cartón que publicó en internet sobre un grupo imaginario llamado «Ciudadanos contra los ciudadanos que están en contra del humor», en el que se propuso un «Día Para que Todos Dibujen a Mahoma».
Ella desapareció a finales de ese año por consejo del FBI y ha estado ocultándose desde entonces.
‘Tómarse las cosas menos en serio’
«Ella no tenía la intención de criticar ni de ofender. Ella solo pensó que la gente debería tomarse las cosas menos en serio», dijo su amigo, Tim Appelo. «Ella solo defendía la libertad de expresión, pero de una forma muy suave».
En ese entonces, Norris declaró para una revista de Seattle, Estados Unidos, que no había previsto las consecuencias del dibujo. «No tenía la intención de que tomaran en serio mi cartel satírico. Se volvió una especie de excusa para la gente para odiar o para ser malvada. Yo no soy malvada», dijo Norris a la revistaCity Arts.
Norris dijo en entrevistas con los medios que en ese entonces se inspiró en el furor que había causado un episodio del programa animado South Park, en el que se presentó a Mahoma con un disfraz de oso. El canal estadounidense Comedy Central, que transmite South Park, emitió una versión editada del episodio luego de que amenazaran a los creadores del programa.
Vulgaridad en internet
Las caricaturas de Norris inspiraron a otros a emprender una campaña en internet para crear imágenes del profeta islámico. Más de 100.000 personas se inscribieron en una página de Facebook. Un tribunal pakistaní ordenó que se cerrara el acceso a Facebook en ese país por dos semanas. Los sitios competidores que atacaban a la campaña también atrajeron decenas de miles de seguidores.
«Cuando supo que la página de Facebook contenía las caricaturas más vulgares que pudieras imaginar, se distanció de inmediato», dijo Arsalan Bukhari, director ejecutivo de la sede de Washington del Consejo de Relaciones Estadounidenses-islámicas en el programa Erin Burnett Out Front. «Ella se dio cuenta de que era incorrecto hacer esto, insultar deliberadamente a un grupo minoritario».
Norris produjo un corto sobre las experiencias de las mujeres musulmanas estadounidenses que usaban pañoletas para cubrirse la cabeza. Trataba de destruir los estereotipos sobre las mujeres musulmanas, explicó.
Era demasiado tarde; las amenazas de muerte eran demasiadas. Norris se cambió la identidad y se ocultó.
El dilema del FBI
La amenaza era un desafío para el FBI, explicó el agente retirado David Gomez a Don Lemon de CNN. Gomez estuvo a cargo del caso de Norris.
La oficina regional informó a la dirección del FBI en Washington que creían que era necesario proteger a Norris para evitar que se volviera la primera ciudadana estadounidense víctima de los extremistas islamistas por ejercer su derecho a la libre expresión. «Claro que respondieron ‘desde luego'», cuenta.
Ella debía decidir si se escondía o no, explicó. «No la obligaron. Le dieron la opción», relató Gomez.
Él y sus colegas creían en ese entonces que las amenazas eran auténticas.
«Ahora, cuatro años y medio más tarde, se ha demostrado la credibilidad de esa amenaza», dijo.
El ataque contra los caricaturistas de la revista Charlie Hebdo en París ha agravado el peligro para la gente que está en la mira de los terroristas.
Gomez espera que Norris esté siendo sumamente discreta en este momento.
«Se debe dejar en claro que una mayor publicidad aumenta el riesgo. No sé qué puede hacerse para evitarlo», dijo.
Es como el cáncer
Uno de los medios para los que Norris trabajaba, el Seattle Weekly, publicó este anuncio cuando se fue: «Ella compara la situación con el cáncer. Básicamente podría no ser nada, tal vez sea urgente y grave, podría desaparecer y no regresar jamás o podría volver a surgir cuando menos se lo espere. Esperamos que los fanáticos religiosos entren en remisión total e inmediata y le deseamos lo mejor».
Tom Fuentes, exagente del FBI y analista de CNN, dijo que desafortunadamente eso implicó dejarlo todo: su familia, sus amigos, su empleo, su hogar y probablemente nunca regresar.
Al Awlaki murió en un ataque con drones (naves robot no tripuladas) en Yemen en 2011, pero persisten las amenazas en su contra.
Recientemente, surgió el nombre de Norris en la lista de los más buscados de al Qaeda que se publicó en la revista electrónica yihadista, Inspire. En la lista también estaba el editor de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, a quien balearon junto con otras 11 personas el 7 de enero en París.
«Un escalofrío recorrió mi espalda porque vi su nombre en una lista tituladaUna bala al día mantiene a raya al infiel y fue horrible», dijo Appelo. «Estoy seguro de que ella también lo sintió».CNN