La petrolera estadounidense Harvest demandó a Venezuela ante el tribunal de arbitraje internacional del Banco Mundial (CIADI), tras disputas sobre la venta de sus activos en ese país, anunció la compañía este viernes.
«En la última década el gobierno venezolano ha violado los derechos de inversionista de Harvest al impedir sistemáticamente el desarrollo de las inversiones de Harvest en Venezuela así como la habilidad de la compañía de vender sus activos ahí», dijo el presidente de la firma, James Edmiston, en un comunicado.
Según Edmiston, los esfuerzos de Harvest por resolver sus disputas con el gobierno venezolano y la estatal PDVSA «han fracasado» y los intentos por vender sus bienes en Venezuela terminaron en «la imposición de irrazonables condiciones al margen de los contratos».
Dos filiales de Harvest Natural Resources acusaron a Caracas ante el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) de violar un acuerdo de inversiones con los Países Bajos.
Harvest, con 22 años en Venezuela, tiene 32% de participación en Petrodelta, una compañía mixta en sociedad con la estatal PDVSA, que opera en la Faja del Orinoco (sureste), un extenso territorio rico en crudos extrapesados.
El 2 de enero, Harvest anunció que la venta de sus activos en Venezuela, por un monto de 275 millones de dólares, no fue aprobada por Caracas.
Venezuela acumula numerosos casos ante el CIADI, de donde se retiró en 2012, cuestionando la imparcialidad del organismo. Caracas aún debe responder por los casos presentados con anterioridad a esa fecha.
En octubre, el CIADI ordenó a Venezuela pagar 1.600 millones a la petrolera estadounidense ExxonMobil por la expropiación de sus activos en 2007, aunque el fallo está temporalmente suspendido.
La mayor parte de las demandas contra Venezuela en el CIADI son de empresas extranjeras que exigen ser indemnizadas por las nacionalizaciones de sus activos decretadas por el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), fallecido en 2013.
Venezuela aloja las mayores reservas de crudo del planeta, pero su dependencia casi exclusiva del petróleo la pone en aprietos frente al derrumbe de los precios. AFP