Según explicó el también excomisario quien fue jefe de Poliplaza y de Polihatillo, en los últimos años los antisociales han adquirido métodos para delinquir cada vez más violentos, “con más saña”
“En los primeros 22 días del año 2015 se han producido 11 asesinatos de funcionarios policiales y de la Guardia Nacional, caídos tanto en labores de patrullaje como vestidos de civil, cifra que es alarmante”.
Así lo declaró el asesor de seguridad y excomisario de Poliplaza Luís Granados, quien agregó que el repunte en la cantidad de funcionarios víctimas del hampa se deben a una serie de factores, tales como el plan desarme y la realidad social de los policías.
“Esto se debe por sobre todo al hampa desbordada, que se ha venido formando por las condiciones sociopolíticas en el país de los últimos años, que se han acostumbrado al facilismo: como ya no pueden adquirir armamento por medio de las armerías como en años anteriores, ahora el hampa va en cacería de las armas de los policías o de cualquier civil que vean armado, y como muchos de los funcionarios ostentan sus armas y la chapa a plena vista cuando no están de patrullaje los antisociales los detectan con facilidad”.
Asimismo, Granados aseguró que con el pasar de los años los antisociales adquirieron modus operandi cada vez más violentos, lo que la mayoría de los delitos que se perpetran en Venezuela sean llevados a cabo con armas de guerra: Por lo menos en el caso de arrebatarle sus armas a los funcionarios, ya no es solo un atraco, esta modalidad de delitos se ve signada porque no solo le despojan del arma, sino que también le quitan la vida a la víctima: como ellos presumen que un funcionario policial está entrenado para defenderse, prefieren no correr el riesgo”.
Planes inoperantes
-¿Qué se puede hacer para disminuir, no solo la cifra de asesinatos a funcionarios, sino también la incidencia delictiva en general?
-Hay que tener una mayor presencia policial en las avenidas y en las calles, con policías motorizados y a pie, para poder detectar a cualquier antisocial que pueda estar asaltando a la ciudadanía o que estén buscando quitarles el armamento a los funcionarios.
-¿Eso quiere decir que los cuadrantes y las zonas de paz no ha arrojado los resultados deseados?
-En un comienzo era buenas soluciones para la criminalidad, lo que ocurrió, en el caso de las zonas de paz, es que funcionaron los primeros 15 días para que después se no se les hiciera el seguimiento necesario. Así que al final esos espacios fueron retomados por el hampa.
-¿Qué ocurre entonces con los cuadrantes?
-Falta de coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad: si alguien denuncia un delito a Polisucre, le van a decir que ese cuadrante es jurisdicción de la Policía Nacional o de la Guardia Nacional; es necesario que se olviden de esas mezquindades e ir a por el hampa, quien es, a fin de cuentas, el enemigo a derrotar, más allá de las politiquerías.
“Las 24 horas del día debe haber presencia policial, y eso solo se consigue por medio de una buena planificación, coordinación entre los distintos cuerpo y supervisión eficiente. No puede ser posible, que por ejemplo, en Guarenas no se vea un policía cuando anochece”.
Ojo a las policías
-¿Qué balance se puede hacer de la implementación del Nuevo Modelo Policial?
-Se ha venido mejorando la profesionalización del funcionario, pero eso no se ha traducido en mejora de la seguridad: como persona el funcionario se ha superado, pero como funcionario policial no han dado la talla en la calle. Como la mayoría está estudiando, no queda personal suficiente para hacer trabajos de patrullaje, en especial los fines de semana, y cuando se gradúan ya no quieren hacer esas labores. En cierta medida se ha perdido la mística de la investigación, del patrullaje y de trabajar en la calle. Los policías son para salir a capturar malandros.
Asimismo, Granados recomendó: “Hay que tener mayor control y seguimiento con respecto a la formación y profesionalización de los funcionarios, tener gerentes competentes que estén pendientes de que los funcionarios cumplan correctamente sus funciones: más de uno ha visto como los policías están en la calle chateando o mirando el teléfono”.
Control de riesgos
-¿Cómo se puede tratar de evitar que sigan ocurriendo asesinatos de funcionarios policiales?
-Mejorar la poca seguridad social que se les da a los funcionarios. Muchos de ellos viven en las zonas populares, al lado de los malandros, se criaron con ellos. Los delincuentes ya saben quienes en su barrio son policías y a la hora que estén bajo la influencia de alguna sustancia van y asaltan a los funcionarios. Una buena solución sería concederle unas viviendas dignas para los funcionarios policiales y que haya mayor control a la hora de que saquen sus armas, por ejemplo en Polichacao cuando los oficiales terminan su turno dejan sus armas en deposito. Además que hay que mejorar los salarios y la condición social del funcionario, por el otro la depuración de los cuerpos policiales; con ello también es evitará en cierta medida que los funcionarios se sientan tentados a cometer actos delictivos.
Crisis de confianza
-¿Qué ocurre con los delitos cometidos por los propios funcionarios? Las últimas cifras publicadas indican que el 50% de los crímenes perpetrados en Venezuela son obra de efectivos de seguridad del Estado.
-Hay que tratar que disminuir que los funcionarios policiales estén incursos en delitos. Esto ha llevado a que la población le pierda la confianza en los cuerpos policiales; ¿quién va a confiar en algún funcionario cuando es un policía quien te atracó? Hasta el momentos, gracias al trabajo de Freddy Bernal, van 16 funcionarios del Cicpc que han sido presentados en fiscalía por estar realizando actos indebidos, hay también Policías Nacionales capturados in franganti. Es necesario que se vayan depurando las policías para que empiece a reestablecerse la confianza del pueblo en sus policías.
Luís Guillermo Valera
@LuisGValera
lvalera@diariolavoz.net
Fotógrafo: Giovanni Martínez