Tres ex mandatarios latinoamericanos exhortaron el lunes a la comunidad internacional a cesar la indiferencia ante la difícil situación que está enfrentado Venezuela.
«Llegó el momento en que no solamente los países, sino que también las organizaciones hagan honor al compromiso que hemos asumido en la Carta Democrática de la OEA… y que no construyamos muros de indiferencia en Venezuela, sino que nos solidaricemos en forma firme y clara con aquellos que han sufrido los atropellos a los derechos humanos», afirmó el ex gobernante chileno Sebastián Piñera.
Piñera y sus homólogos Andrés Pastrana, de Colombia, y Felipe Calderón, de México, participaron en un foro organizado por opositores para discutir sobre la democracia.
A una pregunta sobre la poca atención que han dado algunos países a las denuncias de violaciones a derechos humanos en Venezuela, el ex presidente chileno respondió en conferencia de prensa que muchos gobiernos no han asumido una postura más firme debido a que tienen «afinidades ideológicas», intereses generados por «aportes generosos» de Venezuela, y una «lealtad mal comprendida».
Los ex gobernantes desestimaron los señalamientos del presidente venezolano Nicolás Maduro que los acusó el pasado viernes de venir pagados con «dinero del narcotráfico» y de «apoyar un golpe de Estado» en el país sudamericano.
Calderón consideró como «un chiste que se cuenta solo» que Maduro lo vinculara al tráfico de droga, y sostuvo que «los primeros sorprendidos son los narcotraficantes».
«¿Por qué le tiene tanto temor que tres ex presidentes vengan a Venezuela a conocer con sus propios ojos la realidad?», se preguntó Piñera al rechazar las afirmaciones de Maduro, y sostuvo que «esta forma de descalificar en el fondo refleja temor y debilidad. Cuando uno no tiene argumento, descalifica».
La noche del lunes, tras su regreso de Riad, donde presentó sus condolencias a las autoridades sauditas por la muerte del rey Abdulá, Maduro afirmó que sus adversarios políticos locales «dan vergüenza» por traer a Venezuela a «fascistas», en alusión a los tres ex mandatarios, quienes, según él, serían los herederos del dictador chileno Augusto Pinochet.
El pueblo venezolano «ha visto el rostro de quienes amenazan la estabilidad de la patria, ha visto el rostro horroroso del fascismo otra vez; del fascismo de estas tierras; la oposición local, que sabotea la economía y después sale a tratar de levantar el pueblo, pueblo que no entienden y jamás entenderán», dijo Maduro durante la transmisión televisiva de una reunión con sus ministros.
«Da vergüenza, vergüenza que se hayan traído a los hijos de Pinochet (Piñera, Calderón y Pastrana). Vergüenza da que el modelo que le quieren imponer al país sea el de Pinochet. Menos mal que frente a este tipo de gente hay una conciencia democrática, humanista» en Venezuela, agregó.
Horas antes, el vicepresidente venezolano Jorge Arreaza había reiterado las críticas contra los tres ex mandatarios y dijo, durante un foro organizado por el gobierno para hablar de neoliberalismo y derechos humanos, que Pastrana, Calderón y Piñera vinieron al país a alimentar la «desestabilización» y «conspiración», y que sin previa solicitud y procedimiento, «montaron un espectáculo mediático» para visitar a los presos políticos».
Pastrana y Piñera trataron la víspera de visitar al dirigente opositor Leopoldo López, quien está detenido desde hace 11 meses en una cárcel militar a las afueras de la capital, pero las autoridades les impidieron ingresar al penal.
La Cancillería colombiana emitió la noche del lunes un comunicado en el que se quejó del trato dado el domingo al ex gobernante Pastrana.
«El ex presidente, quien realizó una visita de carácter privado a Venezuela, está en su derecho de decidir a quién visita, y será el gobierno venezolano el que le explique las razones de por qué no autorizó su visita al señor Leopoldo López», aseveró el Ministerio de Exteriores, que agregó que «esperamos que Leopoldo López recupere su libertad lo antes posible».AP