En momentos en que California es presa de un brote de sarampión, el médico Charles Goodman colocó un aviso muy claro en su sala de espera y en Facebook: su consultorio no atenderá a niños cuyos padres hayan decidido no vacunarlos.
«Los padres que eligieron no aplicarles las vacunas contra el sarampión, no sólo ponen en riesgo a sus hijos, sino que también a otros niños, en especial a niños en mi sala de espera», dijo el pediatra de Los Ángeles.
Es una opinión compartida por un pequeño grupo de médicos que en años recientes han «despedido» a pacientes que siguen creyendo en estudios desacreditados que vinculan las vacunas con el autismo. El grupo espera que la estrategia haga que los padres cambien de parecer y, de no ser así, esperan al menos reducir el riesgo a otros niños en el consultorio.
El enfoque enérgico —que se presenta en medio del segundo mayor brote de sarampión en el país en al menos 15 años, con cuando menos 98 casos reportados desde el mes pasado— genera dudas sobre las responsabilidades éticas de los médicos. La mayoría de los casos de sarampión han sido rastreados directa o indirectamente al parque de diversiones Disneyland en el sur de California.
La Academia Estadounidense de Pediatría indica que los médicos deben resaltar la importancia de la vacunación durante las consultas, pero deberían respetar el deseo de los padres a menos que exista un riesgo serio a la salud del niño.
«En general, los pediatras deberían de evitar negar el acceso de los pacientes a sus consultorios sólo porque un padre de rehúsa a vacunar a su hijo», de acuerdo con las normas emitidas por el grupo.
Sin embargo, si la relación entre paciente y médico se torna inviable, señala la academia, el médico podría exhortar a quien rechazó la vacuna a que consulte a otro doctor.
Algunas madres de familia que han sido rechazadas por sus médicos se sienten «traicionadas y enfadadas», dijo Dotty Hagmier, fundadora del grupo de apoyo Mamás a Cargo. Agregó que estos padres tomaron su decisión respecto a las vacunas después de «investigar detenidamente a fin de poner en la balanza los riesgos y los beneficios en las circunstancias de sus propios hijos».
El dejar de atender a los pacientes que rechazaron las vacunas se ha convertido en un tema actual de debate en SERMO, un portal en internet muy frecuentado por médicos. Algunos de ellos se muestran inflexibles en torno a su decisión de no aceptar pacientes que no creen en las vacunas, mientras que otros argumentan que no desean ser responsables de la muerte de alguien por una enfermedad que era evitable.
Otros, sin embargo, advierten que el negarle la atención a esas personas sólo las enviaría a los brazos de charlatanes.
La vacuna triple viral —diseñada para prevenir el sarampión, la rubeola y las paperas— es efectiva en un 97% para prevenir el sarampión, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
El sarampión se contagia fácilmente por medio del aire y en espacios cerrados. Entre los síntomas se encuentran fiebre, secreción nasal, tos y sarpullido por todo el cuerpo.
En casos poco frecuentes, sobre todo entre bebés, este mal puede ser mortal. La infección también puede causar que mujeres embarazadas sufran un aborto o que den a luz prematuramente.AP