Varias decenas de personas, en su mayoría mujeres vestidas con camisas blancas, se concentraron el miércoles frente a la Nunciatura Apostólica en Caracas para manifestarse contra la violencia y rechazar el asesinato de un joven de 14 años durante una protesta contra el gobierno.
Al grito de «justicia» y entre carteles en los que se leía «Venezuela es el primer país exportador de ángeles al cielo», los manifestantes se reunieron frente a la sede diplomática del Vaticano para pedirle al papa Francisco que medie ante la crisis venezolana.
«Nos están matando a los estudiantes y a mí me duele», dijo Carolina Castro, una educadora de 40 años, mientras exhibía en su pecho una pequeña fotografía del estudiante Kluiverth Roa, asesinado el martes en la ciudad de San Cristóbal.
Rosa Orozco, que recordó a su hija de 23 años muerta un año atrás durante protestas en la ciudad de Valencia, sostuvo que «mi alma está partida en dos al ver a este muchacho (Roa). Yo no sé qué es lo que yo sentí anoche cuando vi a este muchacho. Pareciera que estuviera viendo a Geraldine con los sesos… en el piso», dijo. Su hija murió tras recibir el impacto de una bala de goma en un ojo que fue disparada por un supuesto guardia nacional.
En tanto, el presidente Nicolás Maduro pidió en una cadena de radio y televisión a las fuerzas militares y policiales estar en «máxima alerta» ante informaciones de que desde Colombia «están tratando de infiltrar a un grupo de paramilitares» para generar violencia en los estados fronterizos de Zulia, Táchira y Apure.
El mandatario dijo que una veintena de encapuchados secuestraron un camión de medicamentos en Zulia y un transporte de bombas de gas en la población de Rubio, en Táchira.
Por su parte, el padre del joven que murió el martes tras recibir un disparo de bala de goma en la cabeza, advirtió que llevará el caso a instancias internacionales.
El policía Javier Mora, de 23 años, señalado como supuesto responsable del asesinato del estudiante, fue arrestado e imputado de los delitos de homicidio, uso indebido de arma y quebrantamiento de pactos y convenios internacionales, indicó el miércoles la fiscal general Luisa Ortega Díaz.
Erick Roa dijo a The Associated Press que pedirá a organismos internacionales que investiguen la muerte porque «detrás de ese policía que mató a mi hijo hay manos ocultas». Roa pidió además al presidente Maduro que emprenda acciones para que «cese toda esa violencia que hay… ya se rebasó el vaso».
Los comercios reabrieron sus puertas y el transporte público circulaba con normalidad el miércoles en San Cristóbal tras las protestas callejeras de la víspera. Los cuerpos de seguridad levantaron durante la noche las barricadas instaladas en algunas calles tras los incidentes entre manifestantes y decenas de policías y guardias nacionales que usaron gases lacrimógenos y balas de goma para dispersarlos.
El concejal opositor del Consejo Municipal de Cárdenas, José Mora, dijo a AP que durante la madrugada varias decenas de militares, algunos de ellos montados en tanquetas, se presentaron en la localidad de Táriba, vecina a San Cristóbal, para dispersar protestas y levantar barricadas.
Mora relató que los militares lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma hacia algunas edificaciones donde se habían refugiado los manifestantes.
San Cristóbal, ubicada a unos 600 kilómetros al suroeste de Caracas, fue epicentro hace un año de violentas protestas contra el gobierno de Maduro que se extendieron por varios meses.
Durante la primera mitad de 2014 se registraron en Caracas, San Cristóbal y otras ciudades manifestaciones contra la inflación, el desabastecimiento de productos básicos y la creciente delincuencia que dejaron 43 fallecidos, 878 lesionados y varios centenares de detenidos.
A un año de esas manifestaciones Venezuela se encuentra sumida en una profunda crisis económica por una desbordada inflación que cerró el año pasado en 68,5%, el desabastecimiento ha recrudecido y los analistas estiman que la recesión podría agudizarse por la caída del precio del petróleo, la principal fuente de ingresos del país.
En la última semana ha crecido la tensión en el país tras la detención del alcalde opositor de la región metropolitana de Caracas Antonio Ledezma por su presunta vinculación con un plan de golpe de Estado denunciado por el gobierno.AP