En el barrio El 70 de la parroquia El Valle, quedó muerto Leonardo José Coita, de 22 años de edad, cuando a las 4:00 de la tarde del domingo iba subiendo hacia el sector con unos amigos. Hubo un tiroteo en la calle y un disparo lo bandeó desde un costado.
Los amigos de la víctima lo llevaron al hospital Clínico Universitario donde murió a las 6:30 de la tarde, a consecuencia de un paro respiratorio. El hombre vivía en La Guaira y estaba de visita en Caracas.
En similares circunstancias se produjo el asesinado del adolescente Carlos Javier Cañizalez Hernández, de 17 años de edad, cuando cruzaba la calle hacía su casa, en el barrio San José de Carapita, a las 4:30 de la tarde.
El jovencito estaba en la casa de su abuela y se marchó a la suya. En la calle estaba parado su padre a quien le pidió las llaves de la vivienda, pero cuando le dio la espalda para seguir recibió tres disparos.
Su madre, Carmen Tenía, dijo que el muchacho fue llevado al hospital Miguel Pérez Carreño, donde murió a la medianoche. Fue herido de bala en la cabeza, costado y pierna izquierda.
La víctima había abandonado sus estudios y trabajaba en obras de construcción. Su madre no confía en que la policía investigará en crimen para llegar hasta los responsables. Aseguró que su hijo quedó en la línea de fuego de un enfrentamiento entre azotes. “Hay mucha inseguridad en la zona. Pedir justicia es como demasiado porque no la hay. Es como pedirle a dios un imposible. La justicia no existe para el que la requiere”, comentó.
Durante este mes de octubre y hasta las 10:30 de la mañana de ayer, 501 cadáveres habían sido ingresados a la morgue de Bello Monte, en Caracas.
AA