Azúcar, aceite, pañales y artículos de aseo personal como afeitadores, desodorantes y champú son de los que más se consiguen con los vendedores informales, quienes venden con un sobreprecio de hasta un 400%
A pesar de que a finales del año pasado el presidente de la Republica, Nicolás Maduro, prohibió la venta por parte de comerciantes informales de alimentos y demás artículos de primera necesidad y medicamentos, el decreto, publicado mediante el Decreto presidencial N° 1.348, este no ha sido del todo cumplido.
En los alrededores de la Estación del Metro de Petare, municipio Sucre de Caracas, todavía se pueden encontrar personas que, colocadas en tarantines improvisadas comercializan con los productos abarcados por la prohibición.
Azúcar, aceite, pañales y artículos de aseo personal como afeitadores, desodorantes y champú son de los que más se consiguen con los vendedores informales, quienes venden con un sobreprecio de hasta un 400%.
“Aquí nunca han venido a hacer decomisos ni nada, la Guardia Nacional y la Policía los deja trabajar mientras se dejen martillar”, dijo una de las vendedoras informales, que prefirió no revelar su nombre. “Si las autoridades no los escarmientan cuando infringen la norma, ¿por qué deberían dejar de hacerlo?”
Especulación
Aunque ya no se encuentran el mismo número de locales informales en donde se venden productos regulados con sobreprecio como antes de empezar la regulación, aun persisten pequeños puestos donde se pueden conseguir aquellos artículos que escasean en los anaqueles de los supermercados.
El precio de la azúcar, que está regulada a 12 bolívares el kilo, los buhoneros lo venden hasta 50. Asimismo, el precio de los pañales, dependiendo de su presentación o tamaño, oscila en los precios de 300 a 500 bolívares.
Por su parte, el champú para el cabello alcanza los 140 bolívares en el mercado informal, al igual que las afeitadoras.
Luís Guillermo Valera
lvalera@diariolavoz.net
Fotógrafo: Giovanni Martínez