La Cancillería uruguaya suspendió sin nueva fecha una reunión de cancilleres de la Unasur que debía desarrollarse en Montevideo para tratar la situación política de Venezuela.
La suspensión ocurrió luego de que la Cancillería emitiera un comunicado expresando su «malestar» ante las declaraciones del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien catalogó de «cobarde» al vicepresidente uruguayo Raúl Sendic por haber afirmado que no tenía pruebas de la injerencia de Estados Unidos en la política de Venezuela.
En un comunicado la Cancillería consideró «inamistosas dichas declaraciones, ya que afectan no sólo a la persona a la que están dirigidas sino a la investidura que representa y a la institucionalidad que la respalda».
En un discurso pronunciado el martes Maduro manifestó que «por allá, un amigo en el sur, un gran amigo, que tiene un buen cargo, un importante cargo en un gobierno, dijo que no le constaba la injerencia de Estados Unidos sobre Venezuela. Qué vergüenza esas declaraciones. Estamos agredidos, intervenidos, amenazados y ¡todavía hay gente que dice eso en América Latina!».
Agregó que «a veces Chávez me decía ‘tranquilo Nicolás, que el mundo está lleno de cobardes»’.
Sendic respondió que a Maduro «le faltó información» sobre su posición ante la crisis venezolana y manifestó que cuando pasen los días conversará con él.
El gobierno uruguayo también convocó al embajador de Venezuela para hacerle saber que las declaraciones de Maduro eran inaceptables.
La dura respuesta del gobierno uruguayo se suma a otras señales de que la política exterior del nuevo gobierno del presidente Tabaré Vázquez, que asumió el 1 de marzo, no seguirá el camino de su antecesor José Mujica.
Mujica tuvo como canciller a Luis Almagro, quien tejió una estrecha relación con Venezuela y otros gobiernos de izquierda de la región.
Vázquez, en cambio, eligió como canciller a Rodolfo Nin Novoa, un político centroizquierdista afiliado a los sectores más moderados de la coalición gobernante Frente Amplio y con un pasado en el más conservador Partido Nacional.
Vázquez también anunció que revisará si se sigue adelante con el plan para recibir refugiados sirios, una idea del expresidente Mujica.
En su primera presidencia entre 2005 y 2010 Vázquez no tuvo buenas relaciones con los gobiernos de Argentina y Venezuela.
En 2007 recibió al entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush y, entre otras cosas, le pidió apoyo en el diferendo que Uruguay tenía Argentina por la instalación de una planta de celulosa sobre un río fronterizo entre los dos países. Ese mismo día el entonces presidente venezolano Hugo Chávez organizó en Buenos Aires un mitín popular para denunciar la presencia de Bush en Uruguay.
A la asunción de Vázquez no asistieron ni la presidenta argentina Cristina Fernández, ni el presidente Maduro.