Luís Alberto Jiménez, herrero de 38 años, estaba soldando una reja cuando llegó un hombre y le disparó, el jueves a las 10 de la mañana en el sector Las Brisas del Ávila, una invasión detrás del Terminal de Oriente.
Jiménez tuvo un problema hace un año con un sujeto apodado Dewars, que entró a su conuco y le robó un racimo de cambures verdes, como le reclamó, le dio un tiro en el glúteo y Jiménez lo denunció en la policía.
El delincuente se ausentó del barrio por un tiempo y regresó a cobrar venganza.
Desde el 1º de marzo hasta ayer habían sido ingresados 182 cadáveres a la morgue.
John Kelvis Aponte (26) era oficial de seguridad en el Hospital de Clínicas Caracas y mototaxista en sus ratos libres. El jueves a las 9 de la noche llamaron a su familia para informarle que estaba muerto a tiros en Macaracuay, cerca de una estación de gasolina. Encima del cuerpo le cayó la moto.
Vivía en el sector La Ceiba, barrio Unión, Petare, de donde salió a las 6 de la tarde, cuando lo llamaron para que hiciera una carrerita. La moto que tripulaba era prestada porque le habían robado dos. La primera que compró se la quitaron en Chacao, la segunda la estaba pagando por cuotas y se la robaron hace 15 días en Altamira.
Familiares que acudieron a la morgue a retirar el cuerpo de Engelberth Chirinos (18), acudirán a la Fiscalía para denunciar que al joven se lo llevó una comisión del Cicpc luego de dispararle dos tiros en las piernas y cuando lo ingresaron al Pérez Carreño estaba muerto, con un tiro en el pecho.
El suceso ocurrió el jueves a las 3 de la tarde en el sector El Guanábano, de Las Adjuntas, carretera vieja Caracas-Los Teques.
Los parientes intentaron montarse en la patrulla para acompañar al herido y no se lo permitieron. Un funcionario les dijo “ese no se va a morir con tiros en las piernas”, los familiares llegaron al hospital y Chirinos no había sido ingresado. Cuando lo bajaron de la patrulla estaba muerto y con los ojos abiertos, dijo el familiar que prefirió el anonimato por temor.