El receptor guatireño le disputa la posición a su coterráneo Miguel Pérez, dedicado a funciones de backup del titular Guillermo Rodríguez
Con bastante humildad y con una perspectiva a futuro, Rossmel Pérez asumió el cambio que lo llevó a los Tigres de Aragua, luego de haber militado con los escualos por cuatro campañas. “Así son las cosas. Un día uno está en un lugar y al otro en otro”, dijo el joven receptor sentado en el clubhouse de la izquierda del Estadio Universitario de Caracas, mientras esperaba la llegada a la capital de su nuevo equipo.
“Yo veo esto como un reto. Siendo sincero, no lo esperaba, pero espero me vaya bien”, analizó el mascoteador, que no tardó mucho en hacer su estreno con los felinos de Maracay, pues el manager Buddy Bailey lo alineó como noveno bate en el partido de este martes contra sus antiguos compañeros. “Todo cambio es bueno para cualquier pelotero, si un equipo te pide es porque realmente te quiere”.
Y es que para Pérez significa la oportunidad de volver a estar en un equipo que puede pelear por el campeonato. “Estoy realmente emocionado”, siguió. “Este equipo ha sido campeón en la última década y lo que quiero es trabajar. Estoy emocionado, quizás tenga un poquito de nervios por estar en un equipo de miedo, pero eso es normal”.
Sin embargo, el careta no ocultó la nostalgia por ya no vestir el uniforme azul, blanco y rojo de Tiburones. “Allí aprendí mucho. Deje grandes compañeros, que siempre me aconsejaron cómo debías llevar el juego y sobre muchas otras cosas. Espero que las cosas resulten bien para todos”, finalizó.