El duelo es necesario para aquietar las emociones y pensamientos en conflicto, mientras entendemos la razón de que esa relación llegó a llegadero, y comenzamos a reorganizar nuestra vida sin el otro, o mejor empezamos a reprogramarnos con nuevas actividades que, de alguna forma, llenarán el vacío dejado por la ausencia del que ya partió
¿Quién no ha experimentado la sensación de que el corazón se le ha roto? ¿O quién no ha sido víctima de un vacío en el estómago? En un estado semejante podemos pensar que la mejor manera de olvidar un viejo amor, es comenzando una nueva relación que nos facilite la ardua tarea del olvido, ya que, como dice el refrán popular, ‘un clavo saca otro clavo’.
Lo anterior –que se resume en que salir con otra persona ayuda a dejar de amar a quien ha sido nuestra pareja por un tiempo significativo- piensan muchos. A pesar de esto, no siempre un nuevo amor ayuda a olvidar otro; lo ideal es pasar un tiempo a solas mientras entendemos el porqué de esa relación no funcionó.
Seguidamente, nos curamos y preparamos –emocionalmente hablando- para iniciar un vínculo que prometa un mejor desenlace, una vez que nos ofrezca mayores posibilidades de un futuro compartido.
1. Cuando el duelo es necesario
En una circunstancia en la que, definitivamente, no se ha acabado con un vínculo amoroso –ya sea conflictivo, destructivo, con las horas contadas de vida, o simplemente una relación que llegó a su fin porque cumplió su ciclo de vida- se vive en desconcierto, estado que se refleja en pensamientos negativos como: ‘La vida no volverá a ser igual’; ‘No soy capaz de lograrlo sin él’; ‘Se me fue el último tren’; ‘Estoy destinada a fracasar en el amor’, entre otras expresiones semejantes.
En un estado como el descrito anteriormente, podemos ser víctima de pensamientos o sentimientos negativos, los cuales, progresivamente, irán desapareciendo cuando vayamos procesando la ruptura y aceptando que no hay vuelta atrás.
Para acallar esas turbulencias que resultan de una crisis interior por desamor, algunos pueden caer en brazos de un nuevo amor para olvidar una pasada relación, pero no obtienen el éxito esperado, porque, aunque cada quien es único, es común que cuando una persona se separa de otra debería transitar por un período de duelo –palabra que viene del latín dolus, doloris, que significa dolor, y que se resume en procesar la pérdida de un ser querido.
El duelo es necesario para aquietar las emociones y pensamientos en conflicto, mientras entendemos la razón de que esa relación llegó a llegadero, y comenzamos a reorganizar nuestra vida sin el otro, o mejor empezamos a reprogramarnos con nuevas actividades que, de alguna forma, llenarán el vacío dejado por la ausencia del que ya partió.
A pesar de lo anterior, hay quienes no saben cómo manejar la soledad por muchas razones, entre ellas, la adicción al amor, también llamada codependencia, y buscan otra relación para volver a sentirse amados, pero pueden volver a abrigar un vacío que creían haber llenado cuando no obtienen el éxito esperado, y terminan cayendo en un círculo vicioso, efecto yo-yo, de exaltaciones y decepciones, porque no acaban de entender la causa que condujo su última relación a un adiós definitivo.
Asimismo, antes de que una unión sentimental termine, otros van procesando la ruptura de la misma, así que cuando finaliza pueden manejar la separación sin necesidad de transitar por un período de duelo, que se le llama así debido a que en esa etapa se drena el dolor, para reflexionar sobre la razón de que esa relación sentimental culminó y, al mismo tiempo, se recupera la confianza en sí mismo: condiciones necesarias para volver a comenzar otra relación con más posibilidades de éxito.
Lo más aconsejable es programar ese tiempo de duelo, lo cual consiste en precisar cuánto necesitamos para olvidar a quien ya no está a nuestro lado, mientras nos exigimos cumplir con ese período que puede ser de varios días, semanas o meses.
2. Un clavo mejor que el anterior
En definitiva, el asunto es complejo. Para algunos un clavo sí puede sacar otro clavo, porque la relación anterior no cumplió con las expectativas; la decepción reina y, con ella, el desamor; entonces, llega quien termina por darnos esperanzas de realizarnos en el amor, con lo cual dejamos de lado cualquier sufrimiento porque pensamos que hemos encontrado a quien nos valora de verás.
En pocas palabras, llega un clavo mejor que el anterior, así que olvidar se hace mucho más fácil, o simplemente olvidamos sin que nos demos mucha cuenta de que lo estemos haciendo y, a la par, nos vamos sanando el corazón de la pasada decepción.
Por el contrario, cuando es un sentimiento sincero, bellamente compartido, parece que el conocido refrán de que un clavo saca otro clavo, pierde validez. Sin embargo, cada persona es única y tiene necesidades particulares; así que darse una oportunidad sin haber culminado del todo un nexo, para olvidar, puede pasar de ser una pésima elección a mejor opción, toda dependerá de la situación en particular.
A lo anterior se suma que toda circunstancia es única también. No obstante, por lo general, es aconsejable transitar por un período de duelo para sanarnos y construir un vínculo igualmente sano con muchas probabilidades de perdurar en el tiempo, y sin necesidad de lastimar a terceros, a causa de engrandecer el ego intentando sacarnos de la mente a alguien con quien no merece que lo utilicen para olvidar, lo cual, por cierto, aunque nos parezca cuesta arriba siempre resulta posible, ya que, como bien sabemos, y dice el conocido refrán: Nadie se muere de amor.
¿Sacando de la mente a uno con otro?
- Caer en brazos de uno, amando a otro, o dejando abiertas las cicatrices de la ruptura; por lo general, es una salida fácil, pero, en vez de hacer desaparecer lo que sentimos por quien estamos tratando de olvidar, puede hacernos caer en un efecto yo-yo, de exaltación y de decepción, y viceversa.
- A pesar de lo anterior, hay quienes antes de que llegue el final de la relación, se han preparado para la separación. Por ello el proceso de duelo no es necesario ya que han aquietado sus emociones y reorganizado su vida. A esto se suma que llega alguien que llena sus expectativas, por lo que aquello de que ‘un clavo saca, otro clavo’ sí les funciona.
La voz de la mujer
Isabel Rivero De Armas