En el libro de Josué, capítulo 24, versículos 14 y 15 de la Biblia, podemos leer las palabras que Josué le dijo al pueblo de Israel al recordarles todo lo que Dios hizo por ellos: “Por lo tanto, ahora ustedes entréguense al Señor y sírvanse fielmente.
Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del rio Éufrates y en Egipto y sólo sirvan a Dios. Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quienes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes habitan. Por mi parte, yo y mi casa serviremos a Jehová”.
Este es el mejor ejemplo, de cómo debemos enfrentarnos a todos esos dioses falsos que nos dominaron y nos convirtieron en sus esclavos, sean vicios, tradiciones, costumbres, religiosidad, normas o doctrinas impuestas por el hombre.
Cuando Josué les dijo a los israelitas las palabras que acabamos de leer, ellos le respondieron: “Eso no pasará jamás. ¡Nosotros no abandonaremos a Jehová para servir a otros dioses. El Señor nuestro Dios es quien nos sacó a nosotros y a nuestros antepasados de Egipto, aquella tierra de servidumbre…….Por esa razón, nosotros también serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios”, versículos 16 al 18, capítulo 24 del libro de Josué.
Recordemos siempre que fue el amor y la misericordia de Dios, lo que nos sacó de donde estábamos y solo por ese regalo que nos dio el Señor sin merecerlo, es que debemos amarlo, obedecerle, glorificarles y servirle, con todo nuestro ser.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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