El Gobierno chileno decretó toque de queda en la norteña región de Atacama, azotada desde el pasado martes por fuertes lluvias e inundaciones que provocaron el desborde de ríos y aluviones, con un saldo de 7 muertos, la desaparición de 19 personas y más de 1.500 albergados en esa región.
El toque de queda prohíbe la circulación libre por las calles, salvo que se lleve un salvoconducto. La seguridad y vigilancia queda a cargo de las Fuerzas Armadas y Carabineros (Policía militarizada).
En Chile, la última vez que se decretó un toque de queda fue tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 en la ciudad de Concepción, donde se reportaron numerosos saqueos a supermercados, y en algunas zonas se llegó a extender por 18 horas diarias.
Durante el horario de toque de queda, sólo podrá circular personal de vehículos de emergencia, como la Cruz Roja por ejemplo, y maquinaria que se encuentre trabajando, previo a un salvoconducto que extienden los militares.
Las inéditas lluvias, que afectan a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, han sido provocadas por un frente de frío en altura y hasta el momento el Gobierno chileno confirmó que hay 7 muertos, 19 desaparecidos, 1.500 albergados en Atacama y otros 614 en Antofagasta.
Para hacerse cargo de la situación, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, junto a sus ministros, viajó a la ciudad de Copiapó, capital de Atacama, para coordinar directamente las medidas para enfrentar la catástrofe.
Vía EFE