El gobierno argentino reafirmó este domingo que mantendrá en vigor un impuesto al salario pese a que los transportistas y centrales obreras opositoras reclamarán su eliminación con una huelga nacional de 24 horas el martes próximo.
El tributo sólo «afecta a la minoría que más gana», unos 850.000 trabajadores sobre una fuerza laboral de 11 millones de asalariados, justificó este domingo el ministro de Economìa, Axel Kicillof, al diario Tiempo.
«No es un invento argentino (el tributo a los salarios más altos). Existe en muchos países, en Estados Unidos, en los escandinavos. La lógica es que los que más ganan, hagan su contribución a las políticas públicas que alimentan los planes sociales», dijo Kicillof.
La gabela es progresiva según el nivel salarial y tiene una tasa máxima de 35%, cuyo peso se descarga sobre los trabajadores con sindicatos fuertes que logran cada año aumentos similares a la inflación de más del 30% anual mediante negociaciones paritarias con las empresas.
La medida de fuerza paralizará de hecho a Argentina al no funcionar los servicios de autobuses, ferrocarriles, Metro, camiones ni aviación comercial.
Los gremios opuestos a la presidenta Cristina Kirchner sostienen que el impuesto al salario es injusto en un país donde la renta financiera no está gravada.
AFP