La fe llevó a los venezolanos hasta la Basílica Santa Teresa, en el centro de Caracas, este miércoles. Desde la madrugada, decenas de personas acuden a la sede religiosa para orar, pedir y principalmente dar gracias al Nazareno de San Pablo por los milagros realizados.
Vestir de morado, caminar – a veces de rodillas- , llevar flores y tocar la imagen del Cristo, encorvado con la cruz sobre su hombro izquierdo y con una corona de espinas, es la forma de pagar promesa.
“Es una fe, es lo más grande”
Amelia Marín, vestida de morado y desde muy temprano en el templo, contó su historia. Desde la década de los 80 sufría de artritis en las muñecas. Dijo que cada día pedía al Nazareno por su recuperación, la cual con ayuda también de terapias se dio tiempo después.
Marín relató que cada vez que entra a la Basílica llora de la emoción. Además, dijo que pedirá mucho por Venezuela.
“Siempre estaré aquí, cumpliendo con él”
A las 5 de la mañana, Yelitza Rondón empezó a caminar rumbo a la iglesia. Vestida de morado y visiblemente emocionada, aseguró que agradece desde hace 5 años el haber superado un aneurisma cerebral. “Le pedimos al Nazareno y al doctor José Gregorio Hernández que me ayudarán a curarme y aquí estoy”.
“Siempre estaré aquí, cumpliendo con él”, agregó y contó que hoy le pide nuevamente. “Voy a hacer operada de un tumor cerebral, con fe vamos a salir adelante, voy a estar bien, lo tengo que hacer por mí, por mi hija y familia”.
Pidió a los venezolanos nunca perder la fe, pues mueve montañas. “Si todos (tenemos fe) saldremos triunfantes en la salud y para todo lo que deseemos (…) Recen pero no lo hagan por venir, háganlo con fe”.
“Le agradezco y sigo viniendo siempre”
En el año 1983 María Olga Rosa Sanabria fue atropellada. Sufrió fracturas graves en una pierna, duró 40 días hospitalizadas. Los médicos no le garantizaban quedara bien. Sin embargo, dijo que le pidió “mucho al Nazareno” para recuperarse: “Él me cumplió”.
Sixta Pérez aseguró que desde hace 30 años tiene la tradición de visitar al Nazareno de San Pablo. Sus motivos: Una osteoroposis que la aquejó y la depresión que afectó a un hijo.
Comentó que no podía caminar debido a su enfermedad, pero gracias a la imagen religiosa se curó. En el caso de su hijo, el joven había sufrido una severa depresión, dejándolo en cama por 6 meses. “Recé mucho y quedó igualito, vengo a darle las gracias (al Nazareno)”. Globovisión