El presidente de Venezuela, durante su exposición en la Cumbre de Las Américas realizada en Panamá, le dijo a su homólogo estadounidense que se pueden reconducir las relaciones entre ambas naciones, ˝basados en el respeto mutuo”
PANAMÁ – El presidente Nicolás Maduro propuso a su homólogo de EE. UU., Barack Obama, reconducir las relaciones entre ambos países a partir de un diálogo basado en el respeto mutuo, pero condicionado en cuatro puntos.
Las condiciones
Maduro indicó, durante la sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas que se celebra en Panamá con la participación de delegaciones de los 35 países del continente, que tendía «la mano» a Obama, pero que primero EE. UU. debía «reconocer la independencia y soberanía» de Venezuela.
«Si no reconocen nuestra revolución seguirán estrellándose en el mismo muro de aislacionismo», dijo, asegurando que las élites de EE. UU. creyeron que con la muerte de Hugo Chávez «la revolución bolivariana se acababa».
Como segunda condición para establecer el diálogo, Maduro instó a Obama a «derrocar» el decreto con el que EE. UU. considera a Venezuela una «amenaza».
Según Maduro, el decreto es «desproporcionado, irracional» y «hay que buscar los caminos diplomáticos, jurídicos» para eliminarlo porque «nuestros hijos no estarán tranquilos hasta que EE.UU. derogue ese decreto».
«Este decreto es muy peligroso (…) no es solamente la sanción de siete venezolanos honorables. Todo lo que dicen sobre ellos es mentira, es falso. Este decreto se mete en la vida interna de Venezuela», lamentó.
«Yo me encabrono cuando alguien habla de Venezuela porque yo no hablo de ningún país. Cada quien dirige su país con los métodos de su Constitución. Nadie debe meterse con venezuela», insistió.
Maduro exigió además que EE. UU. desmonte «la maquinaria militar» que aseguró tiene establecida en su embajada en Caracas «donde se han preparado golpes de estado».
«¿Qué hago?», se preguntó Maduro refiriéndose a que según él EE. UU. conspira contra el Gobierno chavista desde el propio territorio venezolano. «¿Me hago el loco, miro para el lado?», añadió.
Por último, Maduro condicionó el diálogo con Obama a que EE. UU. tome «medidas legales para detener la conspiración» en su contra «desde Miami, desde Florida», desde donde se habría planificado su propio asesinato y donde «hay gente», periodistas, que se dedican a «analizar cuál es el mejor fusil para asesinarme».
“Relacion civilizada”
Maduro subrayó que quiere «conversar» con EE.UU., que quiere «paz» y una relación civilizada «que de verdad nos permita avanzar», pero que «Venezuela está bajo una agresión, bajo una amenaza».
«América Latina entró en una nueva época (…) no es una época de cambios, es un cambio de época», afirmó Maduro.
«Asumamos el reto de construir relaciones de respeto, de construcción de la felicidad de nuestro pueblos, de democracia verdadera», propuso Maduro.
El presidente venezolano aseguró que entre 1994 y 2005 se perdió la «guerra contra el neocolonialismo y neoliberalismo», pero que a partir de 2005 los pueblos de América sí han conseguido avanzar gracias a iniciativas como Petrocaribe, que «es garantía de prosperidad».
Aseguró que la mayoría de los estadounidenses «quieren la paz», «quieren dejar de ser imperio», pero los intereses de los lobbies en Washington se lo impiden.
«Usted es presidente», le dijo a Obama, «EE. UU. quiere dejar de ser imperio», reiteró.
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La carta de
El Chorrillo
Maduro confirmó que entregaría a la delegación estadounidense en la Cumbre una carta de la Asociación de Familiares y Víctimas de la Invasión a Panamá del 20 de diciembre de 1989 en la que se exhorta a EE.UU. a que pida perdón por aquella intervención militar que dijo dejó 4 mil muertos.
El mandatario de Venezuela aseguró que antes de la invasión de Panamá, EE.UU. decretó al país centroamericano como una amenaza para la seguridad de los estadounidenses, lo que fue «un decreto de la misma proporción» que recientemente se dedicó a la nación suramericana.
«La historia no puede ser tapada. Entregaré esta carta que me han entregado entre lágrimas y cantos», dijo Maduro