Los sondeos mostraban una contienda apretada por el voto popular, y una serie de encuestas en estados disputados indicaban que ninguno de los dos candidatos podía sentirse confiado en la competencia por los 270 votos electorales que decidirán el ganador
WASHINGTON. El presidente Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney volvieron con ímpetu a la campaña electoral estadounidense, a cinco días de los comicios, tras la pausa forzada por la devastadora tempestad Sandy.
Millones de personas seguían sin electricidad ni transporte público en la poblada costa Este del país, con Nueva Jersey como epicentro del desastre, que Obama visitó el miércoles.
El presidente demócrata, airoso tras esa visita en la que consoló a víctimas, abrió una minigira de tres días en Wisconsin, con un discurso optimista y que recordó a su mensaje de superación de las diferencias que lo llevó a la victoria en 2008.
«Cuando un desastre nos golpea, sale lo mejor de Estados Unidos», clamó Obama en la localidad de Green Bay, estado de Wisconsin.
Romney, de escala en Virginia, con tres mítines consecutivos, también se presentó como un candidato apaciguado, una imagen que intenta cultivar a marchas forzadas, para apartarse de su sombra de conservador duro.
Pero ambos, el presidente a la búsqueda de la reelección y el exgobernador a la búsqueda de una imagen moderada, rápidamente intercambiaron dardos.
«Para lograr que Estados Unidos sea de nuevo un país fuerte, tenemos que acabar con las divisiones, con los ataques, con la diabolización, hay que colaborar con el otro partido», dijo Romney en Roanoke (Virginia, este).
Obama sugirió hace días la creación de un secretario de Negocios, para estimular la creación de nuevas empresas.
«No veo cómo añadir un nuevo puesto a su gabinete permitirá crear millones de empleos», criticó Romney.
«El gobernador Romney ha utilizado todos sus talentos de vendedor para disfrazar esas mismas políticas que le fallaron a nuestro país, las mismas políticas con las que hemos tenido que lidiar en los últimos cuatro años, y las ofrece como cambio», dijo por su parte Obama en Green Bay.
«Después de cuatro años ya saben quién soy», dijo Obama. «Quizás no estén de acuerdo con cada decisión que he tomado. Quizás están frustrados con el ritmo del cambio, pero saben en lo que creo», añadió.
El alcalde de Nueva York, el independiente Michael Bloomberg, anunció que apoyaba la candidatura de Obama a pesar de que le parecían los últimos cuatro años «decepcionantes».
Enfrascado en la gigantesca tarea de reanimar a la ciudad tras el paso de Sandy, Bloomberg aseguró en un comunicado que decidió optar por Obama tras la reacción del presidente y también por su preocupación ante el cambio climático.
Obama y Romney se centran en este tramo final en un puñado de estados decisivos, como Ohio, que ha votado alternativamente republicano y demócrata en la última década.
Ningún republicano ha ganado nunca la elección presidencial sin Ohio. Y Obama y Romney aparecen prácticamente empatados en ese estado industrial, según una media de sondeos publicada por el sitio Real Politics.
Obama continuará hacia Nevada y Colorado, Romney prevé un acto masivo con gobernadores, alcaldes y legisladores republicanos, y luego una incursión el domingo en Pensilvania, un estado que votó demócrata en 2008 pero que también muestra una carrera reñida.
Reportes positivos de la economía
En un posible impulso para Obama, fuentes gubernamentales y privadas emitieron una serie de reportes positivos de la economía, el tema dominante de la campaña. Reportes sobre precios de las viviendas, productividad laboral, ventas de automóviles, gastos en construcción, manufactura y ventas minoristas indicaron que la recuperación se está acelerando. Y un índice de confianza del consumidor subió a su nivel más alto desde febrero del 2008, hace casi cinco años.
Aún así, ninguno de esos reportes tiene el significado político que el último reporte de desempleo antes de las elecciones, que será dado a conocer el viernes. El índice registró 7,8% en septiembre, cayendo por debajo de 8% por primera vez desde que Obama asumió la presidencia.
Obama pareció determinado a recuperar el tiempo de campaña perdido luego de tres días como comandante de la respuesta federal a la tormenta Sandy, aunque sus asesores subrayaron que el presidente seguía en contacto con el director de la agencia federal de emergencias (FEMA), Craig Fugate, y funcionarios locales de las áreas afectadas.
El mandatario tiene una ligera ventaja en muchos estados clave a cinco días de las elecciones del 6 de noviembre.
Ivan Couronne / AFP