Estoy seguro que hoy son unos cuantos los que al lado de Maduro, están trabajando para que cada día se hunda más, y lamentablemente pareciera que él se niega a hacer lo que debe hacer: más y mejor revolución dentro de la revolución
Nicmer Evans | Aporrea.org
Para el momento en que escribo este artículo, ningún medio o vocero oficial ha dicho nada sobre la orden de detención contra Hebert García Plaza. El otrora hombre fuerte en la lucha contra la especulación, el acaparamiento, el contrabando y la guerra económica de Maduro, hoy tiene orden de aprehensión por corrupción en la compra de unos ferrys y nos enteramos por terceros.
Por otra parte, después de tanto leer en medios cuestionados permanentemente por la cúpula del poder sobre el caso Rafael Isea, nos asaltan unas estrepitosas declaraciones de uno de los actuales hombres fuertes de Maduro señalando a Isea como un informante del gobierno estadounidense, acusándolo de traidor y también de corrupto, condición que se afirma es conocido desde hace años, pero estos que hoy lo señalan, sabiendo esta realidad, callaron, cómplices de aquello hasta que hoy, estando el árbol caído, parece que es muy fácil de él hacer leña. Aunque este aún no tiene orden de aprehensión y ni siquiera hoy sabemos si se le sigue algún juicio, ya fue condenado por la cúpula en una de esas acciones tardías, que permite que estos dos personajes tengan entre otras cosas en común que ya están fuera del país, y no precisamente viviendo del cupo de Cencoex.
En lo personal no pretendo sustituir a la justicia en su noble rol de tener que investigar y cotejar si estos dos personajes tienen la responsabilidad que se les imputa o señala. En lugar de ello, mi intención es más bien preguntarme en el marco de qué estos dos señores hoy son señalados.
Después de declarada una ley habilitante para la lucha contra la corrupción que ya va a cumplir dos años de su promulgación, y en una situación nada fácil para el gobierno del Presidente Maduro ante ataques imperialistas (que como hemos dicho, más que pretender invadir nuestro territorio lo que pretenden es exterminar el positivo recuerdo del Presidente Chávez en la memoria colectiva y la historia venezolana y Latinoamérica), los señalamientos de corrupción no sólo se multiplican, sino pareciera que incluso las condiciones para que haya más corrupción se amplían aún más.
Desde hace dos años Marea Socialista está demandando una Auditoría Pública Ciudadana, sin mayor respuesta por parte del gobierno que la indiferencia. Hoy más que nunca, Hebert y Rafael, apenas son dos casos que aunque puedan ser emblemáticos, al no existir un señalamiento contundente en el marco de una macro investigación sobre el gran desfalco a la nación que ha existido en los últimos años de más de 259 mil millones de dólares, simplemente parecieran ser consecuencia de un castigo de sectas, donde el problema no es que robaran sino que se metieron con intereses de otras parcelas que no debieron tocar.
Ya cansados de la indiferencia ante una acción tan estratégica como la Auditoría Pública Ciudadana, entiendo que Marea Socialista formulará unas líneas de acción autónomas como movimiento político, pero mientras tanto el pueblo pregunta en la calle: ¿Cuántos Hebert y Rafael aún están en el gobierno, impunes y señalados como héroes patrios indignamente llamándose «hijos de Chávez»?, ¿Hasta cuándo tanta complacencia con la corrupción y los corruptos, mientras nos quitan el derecho de escoger a nuestros diputados al Parlatino de manera directa y secreta?, ¿Por qué tanta negación a seguir las instrucciones de Chávez en el «Golpe de Timón»?
Estoy seguro que hoy son unos cuantos los que al lado de Maduro, están trabajando para que cada día se hunda más, y lamentablemente pareciera que él se niega a hacer lo que debe hacer: más y mejor revolución dentro de la revolución.