Esta situación se genera en momentos cuando los anaqueles de supermercados públicos y privados, así como las largas colas en las afueras, evidencian la falta de productos básicos en Venezuela.
El nuevo choque entre el Gobierno y las empresas privadas genera preocupación. El tono del discurso del presidente Nicolás Maduro se ha endurecido hasta el punto de anunciar el miércoles que no habrá más dólares para Fedecámaras.
Maduro afirmó que los dólares son para el pueblo y sus beneficios en vivienda, alimentación, entre otros. Desde noviembre de 2013, el gobierno venezolano acusa al empresariado de impulsar una presunta guerra económica por acaparamiento y especulación.
Para el Ejecutivo, el diálogo ya no es una opción. Lo dejó claro Maduro al afirmar que “se acabaron las manos extendidas y las sonrisitas a Fedecámaras”.
La respuesta del empresariado no demoró. El presidente de la institución, Jorge Roig, afirma que nunca ha solicitado dólares. Fedecámaras, que representa a 14 cámaras gremiales y empresariales de los sectores productivos del país, había alertado de la alta deuda gubernamental con sus proveedores.
Adicionalmente, la agremiación deja claro que no existe una cifra oficial de los montos asignados, pues denuncia que el otorgamiento de divisas se realiza en medio de una opacidad absoluta.
Según los cálculos de los empresarios, las deudas con los proveedores se ubican por el orden de los 10.000 millones de dólares.
Roig hizo la aclaratoria de que ese dinero no se le adeuda a las empresas venezolanas sino los proveedores internacionales que envían la materia prima para uso del sector productivo nacional.
Precisamente debido a las fallas de estos insumos, la Confederación Venezolana de Industrias, Conindustrias, reporta la paralización en 50 % del sector.
Fedecámaras respondió a las acusaciones en su contra asegurando que la única guerra económica que se lleva a cabo en el país es de quien maneja el monopolio de los dólares, señalando que el Ejecutivo controla las divisas que se reparten en el país
El impasse ocurre cuando la caída de los precios del crudo en el mercado internacional impacta las finanzas de la nación petrolera y tras el anuncio de nuevas medidas que Maduro ha denominado como “revolcón económico”.
El economista Henkel García de Econométrica destaca que habría que ver si el gobierno piensa restringir aún más las divisas al sector privado. Si eso ocurre, asevera, lo que pueden esperar los venezolanos es una escasez y una inflación que se va a agravar en las próximas semanas.
Según el Banco Central, Venezuela cerró 2014 con una inflación de 68,5 %, una de las más altas del mundo. El ente monetario lleva más de un año sin publicar cifras oficiales de escasez.
Por su parte, la encuestadora privada Datanálisis reporta que de ocho productos básicos —entre los cuales están la harina de maíz, el aceite, el azúcar y la margarina— el desabastecimiento está en estos momentos en 79,9 %.