En un ambiente de febril alegría, el estadounidense Floyd Mayweather y el filipino Manny Pacquiao marcaron sin dificultad el límite de peso welter (147 libras) para su megapelea de unificación de títulos del sábado en Las Vegas.
Ante 10.000 ruidosos espectadores que por primera vez en la historia de las peleas en Las Vegas tuvieron que pagar su asiento (10 dólares), Pacquiao fue el primero en subir a la báscula de la Grand Garden Arena del hotel MGM Grand, para marcar 145 libras.
Mayweather, de mayor estatura, detuvo el fiel de la balanza en 146 libras.
Las ganancias de la taquilla de este pesaje serán donadas en su totalidad a organizaciones de caridad, por acuerdo de ambos púgiles.
El combate más esperado de la última década se llevará a cabo en una arena del MGM Grand, con toda su capacidad vendida (17.600 asientos), a precios récords entre 1.500 y 7.500 dolares.
Será la pelea que más ingresos genere en la industria del deporte, con alrededor de 500 millones de dólares, según los organizadores, 300 millones de los cuales se lo repartirán entre Mayweather (60%) y Pacquiao (40%).
Además de los dos títulos mundiales de peso welter de Mayweather en el Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial (AMB), y el de Pacquiao en la OMB, el ganador se llevará un cinturón de esmeraldas, oro y plata, valuado en un millón de dólares, donado por el CMB.
Pacquiao (57-5-2, 38 nocauts), de 36 años, fue el primero en entrar a la arena, y lo hizo con una gran sonrisa en el rostro, mientras saludaba a sus seguidores.
Camino a la plataforma de pesaje, le dio la mano a varios de los guardias de seguridad que custodiaban el evento.
Mayweather (47-0, 26 nocauts), entró después, con un mono azul y gorra con las iniciales de su empresa TMT (The Team Money). Con un rostro más adusto, pero tranquilo, Floyd ignoró a sus parciales y fue a concluir su negocio.
Luego de tomar el pesaje, ambos púgiles se pararon frente a frente para la foto acostumbrada, y se escuchó a Pacquiao decirle un clasro «Gracias» a su rival, por haber aceptado esta pelea.
Preguntado después por la prensa sobre ese momento, Mayweather dijo no haber escuchado nada.
«No oí lo que dijo. No estoy aquí para hablar. Ya hemos hablado mucho. Ahora lo que toca es pelear», apuntó el estadounidense.
Desencuentros de último minuto
Después de seis años innumerables desencuentros, acusaciones de todo tipo y mucho ruido en las redes sociales, los dos mejores peso welters del momento concretarán una pelea que promete quebrar todos los récords de recaudación para un combate de boxeo.
Tan sólo, los 74 millones de dolares que generó la venta de las entradas, superó los 64,2 millones recaudados en los seis juegos de la pasada Serie Mundial.
Hasta último momento ha habido roces por el uso de los guantes que llevará Mayweather, la copa protectora de Pacquiao, y la cuota de boletos de cortesía que debía recibir Bob Arum, el promotor de Pacquiao.
La esquina de Pacquiao intento levantar una queja porque los guantes demafrca Grant que usará de Mayweather tienen los colores de la bandera de Filipinas, pero la protesta no caminó.
Es usual que Mayweather haga cosas como éstas para desestabilizar a sus rivales. Cuando peleó contra el mexicano Juan Manuel Márquez en septiembre de 2009, subió al cuadrilátero con un poncho y un sombre de charro.
De su lado, la gente del ‘Money’ mostró preocupación sobre la copa protectora que utilizará Pacquiao la noche del sábado, y alegó que era más grande de lo permitido.
Los oficiales de la Comisión Atlética de Nevada, que sancionan la pelea, inspeccionaron la copa y le dieron el visto bueno.
Despejado los obstáculos, sólo queda esperar a que el árbitro Kenny Bayless llame a los contendientes al centro del ring, y de la orden de que comience la Pelea del Siglo.