Con 23.548 votos, Black superó cómodamente a Alexander, quien sólo logró 17.864 votos, reportó la prensa británica.
La estudiante de Ciencias Políticas de Glasgow, bajo las siglas del Partido Nacional Escocés, ganó un asiento en las elecciones generales, el cual no ocupará hasta terminar una tarea importante: presentar su examen final para recibir su grado universitario.
Pero, ¿cuál fue el secreto de Black para derrotar a su oponente? Quizá meterlo a la lista de aquellos políticos que una vez electos se olvidan de sus representados.
«La gente me dice que están cansados de tener un parlamentario que no viene por aquí», comentó la joven unos días antes de las elecciones, tras calificar a Alexander como un «arribista».
La seguidora del equipo de futbol Partick Thistle, quien se dice escocesa de pies a cabeza y una izquierdista convencida, aprovechó el descontento de las personas a quienes representará con la respuesta de los laboristas ante los conservadores.
«Mi abuelo se revolvería en su tumba si viera lo que es el laborismo hoy», declaró al diario The Guardian.
La joven se ganó a los electores precisamente poniendo por enfrente su propia edad. Afirmó que si era tan joven como para ya poder pagar impuestos o servir en Afganistán, bien puede serlo para tomar un asiento en el Parlamento.
«Esta elección es sobre hacer que la voz de esta circunscripción y de toda Escocia se escuche más efectivamente en Westminster que nunca antes», dijo Black a sus seguidores durante su discurso por su victoria.
«Prometo usar esta voz no solo para mejorar Escocia, sino para buscar políticas progresivas para el beneficio de la gente en todo el Reino Unido”.
Alexander, en tanto, reconoció que Black tuvo una campaña «formidable» y admitió su derrota.