Dentro de unos meses habrá elecciones parlamentarias; hay que dar un mensaje claro y vigoroso contra el Gobierno y la comparsa opositora que le ha acompañado estos años
Luis Fuenmayor Toro
Vamos bien, se les oye decir, declarar y gritar, como si con eso el rumbo se corrige y desaparecen la inflación (será de 150% a final de año), la devaluación (va casi por 300 bolívares/dólar en el mercado negro), la escasez, la inseguridad (83 homicidios/100 mil habitantes), la toma de territorio por bandas mejor armadas que las policías, la quiebra del sistema eléctrico, la insalubridad, el caos educativo. Vamos bien, aunque la terca realidad demuestre a cada momento que vamos muy mal, que nunca habíamos ido tan mal. La miseria extrema superó el 25% de la población y la miseria general el 52% (más de 15 millones de pobres luego de recibir más de un billón de dólares en corto tiempo), pero ellos siguen hablando de que acabaron con la pobreza. El censo de 2011 demuestra el regreso del analfabetismo, pero un escritor de los pocos formados que tienen dice que está en 2%, contribuyendo con su ficción a la creación del “mundo de la fantasía”, que les permita volver a ganar las elecciones, seguir escribiendo y engañando y continuar con la destrucción total del país.
Vamos bien, pero PDVSA disminuyó en 2014 lo dedicado a gastos sociales a 5,3 mil millones de dólares, más de tres veces menos que lo dedicado en 2012 (17,4 mil millones de dólares) y menos de la mitad que lo ejecutado en 2013 (13 mil millones de dólares). Y Maduro sigue diciendo que no importa que no se venda petróleo pues la inversión social se mantendrá. ¿Quién cree el Presidente que son los venezolanos? ¿Acaso estúpidos que no se dan cuenta de lo que ocurre? La crisis golpea pero ni se habla de la desaparición de 116 mil millones de dólares del FONDEN, bajo la administración sin controles de Giordani y Chávez. Tampoco de recuperar los dólares, que los militares muy leales al comandante eterno tienen en los bancos de los países imperiales, ni tratar de repatriar los que se llevaron las empresas de maletín asistidas por CADIVI (20 mil millones). No hay respuestas a la crisis. Se acabó Obama y se acaba Rajoy, con quienes trataron de distraer un poco. La cruda realidad se impone cada día, hora y minuto en la vida cotidiana del venezolano.
Para el Primero de Mayo el presidente Maduro da un pírrico aumento del salario mínimo de 20 por ciento inmediato y 10 por ciento restante luego. ¿Tienen idea en el Ejecutivo de cuánto es esa cantidad y para que servirá? Serán unos 30 bolívares diarios, es decir lo que cuesta hoy un Toronto, y con esa burla los venezolanos tendrán que hacer frente a una inflación gigantesca, la más alta tenida por este país en todos los tiempos. Solamente en pasajes se irá el incremento y no alcanzará para pagar el de regreso a casa. La situación es parecida, aunque más grave, a la vivida con el paquete de Pérez. Dentro de unos meses habrá elecciones parlamentarias; hay que dar un mensaje claro y vigoroso contra el Gobierno y la comparsa opositora que le ha acompañado estos años.