La muerte de un niño de seis años, presuntamente ocurrida mientras jugaba a simular un secuestro con otros cinco menores, ha causado conmoción en Chihuahua, un estado del norte de México que hasta hace pocos años se encontraba entre los más violentos del país por la actividad de grupos del crimen organizado.
El cadáver de la víctima, identificado por la Fiscalía General del Estado de Chihuahua como Christopher Raymundo Márquez Mora, fue hallado el sábado por la policía.
Según las autoridades estatales, la muerte ocurrió el jueves, cuando el niño jugaba al secuestro con otros cinco menores: dos jóvenes de 15 años, dos niñas de 13 y uno de 12.
El fiscal especializado en Investigación y Persecución del Delito en la zona centro de Chihuahua, Sergio Almaraz Mora, dijo al respecto este domingo que solo dos de los implicados, los de mayor edad, pueden ser procesados penalmente por asesinato e ir a prisión, mientras el resto fue puesto bajo tutela pública porque la legislación estatal impide que se les den sentencias de reclusión.
La ley de justicia especial para adolescentes infractores del estado de Chihuahua contempla que «todos los adolescentes entre 12 años cumplidos y menores de 14 que se encuentren cumpliendo una medida privativa de libertad, serán liberados de manera inmediata y, si fuera el caso, se sustituirá dicha medida por otras en externamiento».
Del juego a la tragedia
Christopher jugaba en un fraccionamiento de la colonia Laderas de San Guillermo, en el municipio de Aquiles Serdán, la noche del jueves, cuando desapareció.
«Todo fue muy rápido. En 10 minutos que me metí a apagar una olla de frijoles, ya no estaba», relató su madre, Concepción Mora, a El Diario de Chihuahua.
El niño había estado jugando con uno de sus vecinos cuando llegó al lugar un grupo de cinco adolescentes para jugar a simular un secuestro.
Según un comunicado de la fiscalía de Chihuahua emitido el sábado, entre todos amarraron sus manos y le pusieron una vara en el cuello, con lo que lo semiasfixiaron; cuando Christopher cayó al piso, los jóvenes le arrojaron piedras y uno de ellos le enterró una navaja en la espalda. Posteriormente, lo enterraron cerca del cauce de un arroyo para que nadie lo encontrara.
Para ese momento, Concepción Mora ya buscaba a su hijo por su colonia, una zona marginal ubicada detrás de un centro de readaptación social y cercana a la capital estatal.
«Salí a buscarlo calle por calle, casa por casa, por arroyos y cerros», declaró la madre de Christopher a El Diario de Chihuahua. Los vecinos la ayudaron; incluso, los cinco adolescentes que minutos antes habían jugado con el niño.
«Se burlaron de nosotros, tuvieron el descaro de decir: ‘Yo te ayudo a buscarlo'», recordó la mujer.
Indignación y «descomposición social»
El cuerpo de Christopher permaneció oculto hasta la tarde del sábado, cuando uno de los jóvenes admitió estar implicado en la muerte del niño y guió a las autoridades hasta el lugar donde se encontraba el cadáver, indicó la fiscalía en un comunicado.
«Es ilógico que sea un juego, si a esas vamos entonces yo juego y a ver cómo les va a ellos. Que paguen por la vida de mi hijo», declaró Concepción Mora el domingo, mientras los vecinos de la zona se reunían afuera de la funeraria La Nueva Luz para exigir justicia en el caso.
Gritos de inconformidad y pancartas llenaron durante horas la entrada del velatorio. A esta situación se sumaron tensiones familiares por el hecho de que una de las menores implicadas está emparentada con la familia de la víctima.
En tanto, el fiscal Almaraz Ortiz dijo que, más que un problema policial, este caso refleja «un factor de descomposición social» en el que vive la entidad.
Según cifras del Observatorio Ciudadano de Chihuahua, entre enero y marzo de 2015 se registraron 326 homicidios dolosos y tres secuestros en la entidad.