Este miércoles en la mañana, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE.UU. dio a conocer un número sin precedentes de documentos de lo que funcionarios estadounidenses han descrito como un verdadero tesoro recuperado por los SEALs en el complejo de bin Laden en Abbottabad, Pakistán, el 2 de mayo de 2011.
Con un total de 103 documentos, se trata del paquete más grande de correspondencia dado a conocer entre miembros de la familia inmediata de bin Laden, al igual que comunicaciones importantes entre bin Laden y otros líderes de Al Qaeda, así como comunicaciones de Al Qaeda con grupos terroristas alrededor del mundo musulmán.
También se publicó una lista de la enorme colección digital de bin Laden de libros en inglés, informes de organizaciones de investigación y documentos del gobierno estadounidense, los cuales ascienden a 266 en total.
Hasta el final, bin Laden permaneció obsesionado con atacar estadounidenses. En una carta sin fecha, él le dijo a militantes yihadistas en África del Norte que deberían dejar de «insistir en la formación de un estado islámico» y en su lugar atacar embajadas estadounidenses en Sierra Leona y Togo, al igual que compañías petroleras estadounidenses. Bin Laden le dio consejos similares a la afiliada de Al Qaeda en Yemen, al decirle que dejara de fijar blancos relacionados a la policía y el ejército de Yemen y en su lugar priorizara ataques contra objetivos estadounidenses.
Gran parte de los consejos de bin Laden no llegaron a estos grupos o simplemente fueron ignorados, porque las afiliadas a Al Qaeda en Yemen y el África del Norte siguieron atacando objetivos locales.
ISIS, por supuesto, no existía en la época en la que bin Laden escribía estas cartas. El grupo, el cual ahora controla una gran franja de territorio en el Medio Oriente, se separó de Al Qaeda en Iraq y ha trazado un camino distinto, al buscar la creación de un estado islámico y no priorizar ataques contra Estados Unidos y sus ciudadanos.
Si se consideran en conjunto, estos documentos y materiales de lectura pintan una imagen compleja y matizada del hombre más buscado del mundo en los años antes de que fuera asesinado durante un operativo llevado a cabo en su complejo.
En las cartas que bin Laden intercambió con muchos de sus hijos e hijas, él se muestra como un padre amoroso y admirado que adoraba a sus hijos. Y en una carta que le envió a una de sus esposas, él incluso se deja ver como un mozo perdidamente enamorado.
Eso representa un fuerte contraste con las cartas que bin Laden le envió a los líderes de Al Qaeda, en las que exigía que se llevaran a cabo ataques masivos contra objetivos estadounidenses e insistía en que todas las afiliadas a Al Qaeda en el Medio Oriente dejaran de perder tiempo realizando ataques contra objetivos locales del gobierno. «El enfoque debería estar en matar y luchar contra el pueblo estadounidense», enfatizó bin Laden.
Lo que bin Laden leía
La biblioteca digital de bin Laden es la de un ávido lector cuyos gustos iban desde Obama’s Wars, la versión de Bob Woodward sobre cómo el gobierno de Obama aumentó el número de tropas estadounidenses en Afganistán en 2009 y 2010, hasta Noam Chomsky al igual que alguien que tenía un marcado interés en cómo las organizaciones de investigación occidentales y las instituciones académicas analizaban a Al Qaeda.
Bin Laden era un editor meticuloso, y algunos de los memorándums que escribía eran revisados hasta 50 veces. De las miles de versiones de documentos recuperados de las computadoras y los medios digitales que los SEAL tomaron del complejo de bin Laden, la cuenta final es de varios cientos de documentos.
Los nuevos documentos muestran cómo bin Laden reaccionó a los eventos de la «Primavera Árabe», la cual se llevó a cabo en el Medio Oriente en los meses antes de su muerte. Si bien bin Laden no tenía nada que decir públicamente acerca de los trascendentales eventos ocurridos en el Medio Oriente, en privado escribió extensos memorándums en los que analizaba lo que estaba ocurriendo, e hizo mención del «nuevo factor» de la «revolución de la tecnología de la información» que había ayudado a fomentar las revoluciones y las describió como «los eventos más importantes» en el mundo musulmán que han ocurrido «en siglos».
Algunos de los documentos describen a una organización que entendía que se encontraba bajo una presión significativa a causa de las operaciones contraterroristas de Estados Unidos. Un documento sin fecha explicó que los ataques con drones de la CIA «llevaron al asesinato de muchos líderes yihadistas y otros» y señaló que «esto es algo que nos preocupa y nos agota». Varios documentos mencionan la necesidad de ser cuidadosos con la seguridad de las operaciones y con cifrar las comunicaciones. Además, hace referencia a la necesidad de que se hicieran viajes alrededor de las regiones en la frontera entre Afganistán y Pakistán solo en «días nublados», cuando los drones estadounidenses eran menos efectivos.
Los miembros de Al Qaeda sabían que estaban cortos de dinero, por lo que uno de ellos le escribió a bin Laden «También tenemos un problema financiero».
Algunos de los documentos no tienen nada que ver con el terrorismo. Un extenso memorándum escrito por bin Laden expresaba los funestos efectos del cambio climático en el mundo musulmán y recomendaba no utilizar las valiosas reservas de agua subterránea. En lo que parecía tratarse más de un funcionario del Banco Mundial que del líder de una importante organización terrorista, bin Laden a menudo se preocupaba por la «seguridad alimentaria». Él también le daba detalladas instrucciones a un asesor acerca de la manera más efectiva de almacenar trigo.
Preocupaciones familiares
Muchos de los documentos se relacionan con la extensa familia de bin Laden, conformada por sus cuatro esposas y 20 hijos. Bin Laden se interesó profundamente en los planes de matrimonio de su hijo Khalid con la hija de un comandante «mártir» de Al Qaeda, e intercambió varias cartas con la madre de la futura esposa. Bin Laden describió con entusiasmo las inminentes nupcias, «las cuales nuestro corazón espera con ansias».
Bin Laden intercambiaba muchas cartas con su hijo Hamza y también con la madre de Hamza, Khairiah, quien había pasado más o menos una década en Irán bajo una forma de arresto domiciliario luego de la caída de los talibanes en el país vecino de Afganistán durante el invierno de 2001.
Hamza le escribió una sincera carta a Bin Laden en 2009, en la que recordó que no había visto a su padre desde que tenía 13 años, ocho años antes: «Mi corazón está triste por la larga separación y anhela reunirse contigo. …Mis ojos todavía recuerdan la última vez que te vi cuando estabas debajo del olivo y nos diste rosarios musulmanes a cada uno de nosotros».
En 2010 los iraníes comenzaron a liberar a los miembros de la familia de bin Laden que habían estado viviendo en Irán. Bin Laden pasó muchas horas escribiéndoles cartas a ellos y a sus asociados en Al Qaeda acerca de la mejor manera de poder reunirse con ellos.
En una carta a su esposa Khairiah, le escribió con ternura: «He esperado mucho tiempo para que salgas de Irán».
Bin Laden era paranoico en cuanto a que los iraníes –en quienes, según dijo: «no se podía confiar»– podrían introducir dispositivos electrónicos en las pertenencias o incluso en los cuerpos de su familia cuando partieran de Irán. Le dijo a Khairiah que si ella había visitado recientemente a un «dentista oficial» en Irán por un relleno, necesitaría que le sacaran el relleno antes de reunirse con él pues le preocupaba que pudieran haberle introducido un dispositivo de rastreo en el mismo.
Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos tienen la teoría de que bin Laden podría haber estado preparando a Hamza para que finalmente fuera su sucesor en el frente de Al Qaeda pues su relativa juventud haría que la base de Al Qaeda se viera vigorizada. Pero Hamza nunca logró llegar al escondite de su padre en Abbottabad. Cuando los SEALs llevaron a cabo el operativo en el complejo de bin Laden, ellos asumieron que era probable que Hamza fuera uno de los hombres adultos que vivían allí pero no fue así.
Los funcionarios de inteligencia estadounidense dicen que hasta hoy ignoran dónde se encuentra Hamza… quien ahora tiene veintitantos años.
‘En caso de que quieras convertirte en mártir’
Como es común en cualquier organización burocrática, en los documentos hubo mucho debate acerca de qué personal de Al Qaeda podría estar preparando para ser promovido, además de la documentación de flujos de efectivo que entraba y salía de la organización en cantidades de decenas de miles de euros.
Existe incluso un formulario de solicitud de Al Qaeda que incluía preguntas habituales tales como cuáles eran los «hobbies» del solicitante, pero también preguntas menos habituales, tales como: «¿A quién debemos contactar en caso de que te conviertas en un mártir?»
Bajo la presión de bin Laden, los líderes de Al Qaeda en Yemen improvisaron la idea de que pudieran negociar algún tipo de tregua con el gobierno yemenita para que el grupo pudiera enfocarse exclusivamente en atacar objetivos estadounidenses. No está claro si hubo resultados de estas negociaciones.
Del mismo modo se dirigieron los miembros de Al Qaeda a los líderes del movimiento Talibán de Pakistán, quienes mantienen contacto con la inteligencia militar de Pakistán, ISI, para ver si podían negociar una tregua similar con el gobierno pakistaní. El acuerdo sería que los pakistaníes dejarían en paz a Al Qaeda y viceversa, y luego Al Qaeda podría enfocarse en atacar objetivos estadounidenses. Sin embargo, el líder de Al Qaeda a cargo de este intento, le dijo a bin Laden: «¡Como bien sabes, estas son solo pláticas!» y estas discusiones no tuvieron ningún resultado.
En los cientos de páginas de los documentos que se acaban de dar a conocer, no existe evidencia de que los pakistaníes tuvieran idea alguna de que bin Laden estuviera viviendo en Pakistán o que, de hecho, siquiera supieran que estaba vivo.
Los nuevos documentos tampoco ayudaron en absoluto a corroborar las recientes afirmaciones tan publicitadas del periodista Seymour Hersh respecto a que el operativo en el que murió bin Laden no fue un tiroteo en el que los SEAL entraran en una situación peligrosa y desconocida; más bien, se trataba de un ardid en el que el ejército de Pakistán mantuvo prisionero a bin Laden en Abbottabad durante cinco años y que simplemente lo pusieron a disposición de los SEAL cuando ellos sobrevolaron el complejo en helicópteros la noche del operativo.
En el primer aniversario de la muerte de Bin Laden, a principios de mayo de 2012, el gobierno de Obama publicó la primera porción de 17 documentos de la mina. Esos documentos también hicieron hincapié en cuánto temía Al Qaeda la campaña de drones de la CIA, como también el interés obsesivo de bin Laden en atacar Estados Unidos.
Hersh parece creer que los documentos publicados por el gobierno de Obama, los cuales fueron encontrados durante el operativo de bin Laden, habían sido falsificados por la CIA. Los lectores pueden juzgar por sí mismos al examinar las traducciones al idioma inglés de los nuevos documentos y también los documentos en árabe en este enlace.
Según funcionarios de inteligencia de Estados Unidos, en octubre siete agencias de inteligencia de Estados Unidos iniciaron el proceso para autorizar la publicación de los documentos que se dieron a conocer el miércoles.
Biblioteca digital
Entre las ventanas más interesantes que permiten entrar a la mente del líder de Al Qaeda se encuentra el contenido de su masiva biblioteca digital, la cual fue cuidadosamente ensamblada. Debido a las inquietudes en materia de seguridad, el complejo de bin Laden no tenía acceso al Internet, por lo que cualquier libro o informe en el que bin Laden tuviera interés, era cuidadosamente ensamblado haciendo un archivo PDF de cada una de las páginas del mismo. Posteriormente eran colocadas en una memoria USB que uno de los dos guardaespaldas de bin Laden le entregaba, según funcionarios de inteligencia de Estados Unidos.
Curiosamente, uno de los libros en la biblioteca digital de bin Laden era un manual de prevención de suicidio. Altos funcionarios de inteligencia de Estados Unidos creen que bin Laden no era suicida.
Bin Laden estaba interesado en los libros con inclinación hacia la complicidad, y tenía tomos sobre los Illuminati y los masones e incluso, de manera un poco irónica, un libro que afirmaba que el 11-S había sido un «trabajo interno».
Bin Laden también coleccionaba informes elaborados por destacados estadounidenses expertos en antiterrorismo, como Bruce Hoffman y Paul Pillar, así como documentos sobre Al Qaeda elaborados por el Centro para el Combate del Terrorismo de West Point, la corporación RAND y el Servicio de Investigación del Congreso. (Incluso poseía el testimonio ante el Congreso realizado por este autor, cuyo título es Reassessing the Evolving al Qaeda threat to the Homeland).
Bin Laden coleccionaba acusaciones de casos de terrorismo estadounidense que le parecían interesantes, como el de David Coleman Headley de Chicago, a quien Al Qaeda le había encargado la planificación de un ataque en contra del periódico danés que había publicado caricaturas del profeta Mahoma.
Durante los casi seis años en que bin Laden vivió en el complejo de Abbottabad tuvo muchísimo tiempo disponible, el cual usó en parte para leer mucho de lo que tenía en su biblioteca digital y para redactar los memorándums y cartas que ahora están siendo publicados.
Bin Laden estaba profundamente consciente de que a medida de que el décimo aniversario del 11-S se aproximaba rápidamente, su objetivo central de atacar Estados Unidos nuevamente había fallado. Muchos de los documentos hacían referencia a sus planes para llevar a cabo alguna clase de declaración pública seria a fin de conmemorar el aniversario. Bin Laden fue asesinado tres meses antes de que pudiera llevar a cabo esta declaración.