La asistencia nimia y escuálida demostró que el apoyo a los golpistas es casi inexistente. Estamos seguros que si hubiesen convocado a elecciones en todo el país, los resultados no variarían
Llamar a elecciones internas, no demuestra la buena fe ni el talante democrático de la oposición. La Mesa de la Unidad manipula a sus seguidores haciéndoles creer que toma en consideración sus opiniones al realizar unas elecciones chucutas y referenciadas por una maquinaria obsoleta. Se engañó sin miramientos a los que creen aun en la derecha venezolana.
Muchas lecturas puede darse al fraude y sus resultados. En principio se irrespetó a los electores porque se llamó a elecciones en algunos estados y en otros simplemente se nombró a dedo a quienes optarán por los curules a la Asamblea Nacional. Esta actitud es una clara señal del poder que ejercen grupos dentro de la oposición y la verticalidad que precede a las decisiones relevantes para sus huestes. Privan entonces las ambiciones personales y la imposición de criterios salidos de una cúpula que solo representa la megalomanía y las ansias de acceder al poder.
Asimismo, parte de quienes apoyan a los líderes opositores actúan como cómplices de sus andanzas y aventuras personalistas pues no se atreven a criticar y menos a exigir una validación democrática de esos liderazgos; fuera entonces queda otro grupo cuya sindéresis los obliga a levantar su voz para protestar -sin mucha pasión por cierto – las decisiones del grupúsculo que manipula desde Caracas y no admite más autoridad que la emanada desde la MUD.
La bandera opositora está horadada por las mentiras. La democracia no es justamente uno de los baluartes sobre los que se asientan sus prácticas políticas. Por mucho que intenten engañar a Venezuela y al mundo pregonando sus “virtudes demócratas”, sus actuaciones torpes y fascistas señalan el sendero de engaños por donde caminan aplastando las aspiraciones sanas de sus correligionarios.
Las elecciones internas de la MUD del pasado domingo sacralizan el poder cupular de viejos representantes de la cuarta república. La asistencia nimia y escuálida demostró que el apoyo a los golpistas es casi inexistente. Estamos seguros que si hubiesen convocado a elecciones en todo el país, los resultados no variarían.
José Gregorio González Márquez
caminosaltair@gmail.com