Han transcurrido quince años de la creación de la Unión Africana, con su sede recientemente construida por China Addis Ababa y la Africasubsahariana se ha caracterizado en este tiempo por un crecimiento con poco desarrollo, agudización de los conflictos transnacionales por la apropiación de recursos minero extractivo, petróleo y gas
Hace más de medio siglo, específicamente el 25 de mayo de 1963, en la ciudad de Addis Ababa, Etiopía, algunos países independientes de África, propondrían la famosa Carta que daría nacimiento a la Organización de la Unidad Africana. Pero la firma de ese documento estuvo precedida de dos tendencias ideológicas del momento: La primera era la llamada “África Revolucionaria”, encabezada por Ghana, Mali, Guinea, y Libia, con el planteamiento de hacer triunfar la libertad en todo el continente, sin renunciar a la utilización de medios radicales como la lucha armada. La otra tendencia era la llamada “África Reformista”, encabezada por Etiopía. El ala dura era representada por Kwame Kruma, Sekou Toure y Modibo Keita, teniendo este último una diferencia radical con el padre de la negritud, Leopold Shengor.
Sale, posteriormente el consenso de ambas tendencias y se firma la Carta de la Organización de la Unidad Africana, destacando dentro de sus objetivos:
1. Reforzar la unidad y la solidaridad de los Estados africanos;
2. Coordinar e intensificar su colaboración y sus esfuerzos para ofrecer mejores condiciones de vida a los pueblos africanos;
3. Defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia; eliminar bajo todas sus formas el colonialismo de África;
4. Favorecer la cooperación internacional, habida cuenta la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La OUA expulsa al Che de África
¿Quién no recuerda el vil y cobarde asesinato del irreverente líder del excongo Bela, Patricio Lumumba? En esa época, África buscaba su independencia y trataría de hacerlo por medio de una transición pacífica, como la que hipócritamente los belgas experimentarían en Congo, y ya se sabe que culminaría con el asesinato de Lumumba. Ante esa situación, Ernesto Che Guevara daría un discurso en la ONU, expresando: «Los pueblos de África están obligados a soportar que todavía sea oficial en el continente la superioridad de una raza sobre otras y que se asesine impunemente en nombre de esta superioridad. ¿Las Naciones Unidas no van a hacer nada para impedirlo? Quiero hablar muy especialmente del doloroso caso del Congo, único caso en la historia mundial que demuestra cómo se pueden atropellar los derechos del pueblo con la impunidad más absoluta y el cinismo más insolente. Las inmensas riquezas que posee el Congo y que las naciones imperialistas quieren conservar bajo su control son los motivos directos (…) Pero la filosofía del saqueo no ha cesado, incluso es más salvaje que nunca y por eso los mismos que utilizaron el nombre de las Naciones Unidas para perpetrar el asesinato de Lumumba asesinan en nombre de la raza blanca a millares de congoleños. ¿Cómo podremos olvidar la forma en que se ha traicionado la esperanza que Patrice Lumumba depositó en las Naciones Unidas? (…) Es necesario vengar el crimen del Congo (…) Un animal carnicero que se alimenta de los pueblos indefensos (…) ésta es la definición del ‘blanco’ imperial».
Che no era hombre de doble moral, ni de doble palabra. Unos meses mas tarde se internaría en las selvas del Congo para crear un ejército de liberación nacional. Sin embargo, el ensayo no le salió bien. Y esa misma OUA, creada en 1963, le pediría al Che que abandonara al Congo ya que estaba violando el articulo III, ordinal 2, referido a “La no ingerencia en los asuntos internos de los Estados”. Ese capítulo poco se cuenta en la historia, el cual recogí de algunas informaciones durante mi estancia de cinco años en Angola, investigando sobre el proceso de reconversión ideológica en África subsahariana.
La unión africana y la inestabilidad en África
En el año 2000, se creó la Unión Africana, sustituyendo a la Organización de la Unidad Africana, con la finalidad de ponerla a tono con las dinámicas mundiales, como la posterior caída del bloque soviético, el fracaso de socialismo en África y lamentablemente las nuevas formas de dependencia.
Han transcurrido quince años de la creación de la Unión Africana, con su sede recientemente construida por China Addis Ababa. Africasubsahariana se ha caracterizado en este tiempo por un crecimiento con poco desarrollo, agudización de los conflictos transnacionales por la apropiación de recursos minero extractivo, petróleo y gas. Los imperialismos han impulsado la creación de grupos terrorista, así como los conflictos interétnicos y religiosos. La sombra de la conferencia de Berlín, que se repartió a África en 1885, sigue acechando en el desmembramiento territorial, como ocurrió con Sudan; el desmembramiento de Libia -después del cruel asesinato de Gadafi-; el intento de separación de Mali -entre el Norte y el Sur -Senegal con Casamanche, Angola con Cabinda, entre otros áreas sensible y conflictivas-, con la vieja premisa de separar para vencer.
Hoy los retos de África son muy complejos, quizás un respiradero pudiera ser la próxima cumbre AFRICA/Suramérica que se realizará en Ecuador en el 2016, mientras veremos hasta dónde la crisis de la caída de los precios del petróleo seguirá profundizando la crisis social en países como Angola, Nigeria, Chad, Congo Brazzaville, Guinea Ecuatorial y Gabon.
CHU-CHE-RÍAS
*** Recientemente el locutor de radio Emilio Pena, mejor conocido como “Cabo”, le preguntó al alcalde Monterola sobre el último artículo que escribí sobre la condena al olvido de Morochito Iriza. El alcalde Monterola respondió: “Dígale a Chucho García que “águila no caza mosca”. A ello le repito, sr. Alcalde, el locutor, no le estaba preguntando si usted caza mosca, chigüire, lapa, cachicamo, pato, güire… cuchichuchi… se le está preguntando si va a ayudar a Morochito o no. Responda… cazador.
La voz de Afroamérica
Jesús “Chucho” García