*Los asesinos llegaron en un vehículo Toyota Yaris de color oscuro. Nadie tuvo ocasión de ver las placas pero pudieron observar cuando lo ocuparon de nuevo para huir. Al parecer y aunque se ventiló desde primer momento que se trató de un robo, la idea de los delincuentes era secuestrarlo. Eso explica que el comerciante haya opuesto resistencia
La urbanización Palo Verde vivió la noche de este jueves un completo escenario de caos y violencia. El asesinato de un vecino y comerciante, de nombre Giuseppe Félix Di Guilio, de 46 años de edad, desató una vez más la incontrolable herida de un grupo de vecinos que desde hace ya varias semanas, ha venido orquestan una suerte de escuadrón que pretende hacer justicia por sus manos.
Di Giulio, padre de dos hijos, llegaba a su domicilio en las residencias Arauca con su esposa y uno de los niños a quien llevaron a un torneo intercolegial de fútbol en el que participaba. Cuando se detuvo frente al estacionamiento del edificio para ingresar, cuatro hombres armados lo interceptaron.
Los asesinos llegaron en un vehículo Toyota Yaris de color oscuro. Nadie tuvo ocasión de ver las placas pero pudieron observar cuando lo ocuparon de nuevo para huir. Al parecer y aunque se ventiló desde primer momento que se trató de un robo, la idea de los delincuentes era secuestrarlo. Eso explica que el comerciante haya opuesto resistencia.
La víctima según informaciones policiales, estaba armada. Sin embargo, todo sucedió tan rápido que no tuvo tiempo de defenderse. Los sujetos lo querían obligar a abandonar su carro para subir al Yaris, pero este forcejeó y le efectuaron varios disparos.
De inmediato, algunos vecinos salieron en auxilio de la víctima que fue trasladada hasta el Hospital Ana Pérez de León, allí murió. Mucho antes de conocerse la noticia del deceso, se desató la furia de la comunidad de Palo Verde que salió a las calles a demandar justicia.
Por las redes sociales, quienes no participaban de la manifestación, se hacían eco de denuncias y críticas contra el gobierno local. En las calles, los protestantes trancaban el paso vehículo, paraban a los motorizados ajeno a aquel episodio y arrojaban objetos contundentes desde los edificios.
Esta situación, según el director de Polisucre, comisario Manuel Furelos, impidió que las unidades que acudieron en respuesta pudieran ingresar. “Unos vecinos desde la azotea de una residencia comenzaron a arrojar botellas, vidrios y piedras a las unidades, replegándolas hacia un espacio más seguro mientras cesaba esta acción”, explicó.
Entre tanto, los habitantes exigían justicia y condenaban la ausencia de policías, alegando que esta situación la viven a diario, lo que los hace sentirse desprotegidos. Ayer, nuevamente tomaron las calles. Un grupo minoritario de vecinas se convirtió en una concurrida asamblea de habitantes en lo que aparecieron las cámaras de televisión de aquellos reporteros que interesados se presentaron para cubrir el suceso.
Desde distintos edificios, fueron saliendo los residentes que exhibían pancartas, incendiaron basura y obstaculizaron la calle justo frente a las residencias Arauca.
Un vecino de la víctima, Leo Hernández, contó que fue él quien cargó al comerciante y lo trasladó hasta el hospital Ana Pérez de León, donde murió. “Dijeron que fueron como 22 tiros, los cierto es que eran demasiados”, indicó.
Hernández estaba llegando a su residencia cuando escuchó los tiros, bajó a ver qué sucedía y reconoció el carro de Di Giulio. En su interior estaba la esposa de la víctima y su hijo de 10 años, por la hija mayor de la pareja estaba en casa y se encontraba en las escaleras del edificio conversando con sus amigos.
5 disparos
Contó que alcanzó a ver que tenía unos cinco disparos entre el pecho y rostro. Cuando llegaban al hospital le tomó el pulso y ya estaba muerto.
Inés Rivas, vecina de Palo Verde, aseguró que la zona es sumamente insegura y que se registran robos a toda hora del día. En muchos casos se trata de motorizados que someten a la gente cuando está regresando de sus empleos hacia las residencias. “Lo que queremos es que nos atiendas, no nos importa de qué partido político son”, expresó.
Giuseppe Félix Di Guilio, de 46 años, venezolano, hijo de padres italianos nacionalizados venezolanos, laboraba en ventas de productos junto a su esposa. Era el mayor de 4 hermanos. Los familiares de la víctima que acudieron ayer a la morgue de Bello Monte, dijeron que la esposa del comerciante está destrozada. No quisieron ofrecer declaraciones pero manifestaron querer un país de respeto, decente, en el que las autoridades se dediquen a hacer su trabajo y se ocupen de desarmar el hampa.
AA