Un estudio publicado en Journal of Clinical Psychiatry cuestiona si el juicio en el que el laboratorio Pfizer aceptó declararse culpable y pagar más de 430 millones de dólares por la acusación de haberlo comercializado ilegalmente para usos no aprobados, terminó aumentando el gasto en otros antiepilépticos en lugar de reducir los usos sin aprobación
NUEVA YORK. En el 2004, el laboratorio Pfizer aceptó declararse culpable y pagar más de 430 millones de dólares por la acusación de haber comercializado el antiepiléptico Neurontin ilegalmente para usos no aprobados.
Ahora, un estudio publicado en Journal of Clinical Psychiatry cuestiona si el juicio terminó aumentando el gasto en otros antiepilépticos en lugar de reducir los usos sin aprobación.
Los médicos pueden recetar fármacos con usos no autorizados por las autoridades regulatorias de Estados Unidos, pero la industria tiene prohibido comercializarlos con esos fines.
«En los últimos años hubo juicios importantes para penalizar a las empresas farmacéuticas por la promoción ilegal de usos no aprobados», dijo Meredith Chace, investigadora especializada en políticas farmacéuticas de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston. «Sospechábamos que eso podía tener consecuencias no intencionales.»
Con su equipo analizó información del período 2001-2005 de los seguros de salud federales Medicare y Medicaid. Se concentraron en el tratamiento del trastorno bipolar, uno de los distintos usos sin aprobar de Neurontin (gabapentina).
Desde la primera noticia publicada sobre el juicio en marzo del 2002, la participación de Neurontin en el mercado de los antiepilépticos que se utilizan para tratar el trastorno bipolar se redujo del 21 al 15 por ciento.
En tanto, se disparó o siguió creciendo ese uso sin aprobación de otros cuatro fármacos (uno de ellos aprobado más adelante). Hasta el gasto en Neurontin aumentó, a pesar de que se redujo su indicación.
«Desafortunadamente, el estudio sugiere que los médicos siguieron indicando medicamentos sin efectividad probada para el tratamiento del trastorno bipolar», dijo el doctor Daniel Carlat, psiquiatra y director del Proyecto Pew de Indicaciones Médicas, que promueve políticas para limitar las relaciones entre los médicos y la industria que afecten la atención de los pacientes.
¿No tan dañino
como se esperaba?
El nuevo estudio detalla que en el 2000, dos años antes de que se conocieran las noticias sobre el juicio, las ventas de Neurontin eran de casi 1.000 millones de dólares, principalmente por sus usos no autorizados. Chace opinó que la cobertura negativa de los medios influyó en parte en la caída de las ventas de Neurontin y que es posible que el fabricante aumentara los precios para anticiparse.
El equipo estima que el gasto gubernamental en antiepilépticos para el tratamiento del trastorno bipolar aumentó en más de 200 millones de dólares después del juicio, sin incluir los potenciales cambios de indicaciones del mismo producto para otras enfermedades, como la migraña, el síndrome de piernas inquietas y distintos trastornos asociados con el dolor.
«Las consecuencias no esperadas incluyen la sustitución de otros productos similares y un aumento del gasto general», dijo Chace a Reuters Health.
Agregó que los ensayos clínicos habían demostrado que Neurontin no es efectivo para el tratamiento del trastorno bipolar, aunque con algunas excepciones.
Una limitación del estudio es no haber incluido información sobre la inversión de la industria en la comercialización de sus productos. Además, el cargo de Carlat está parcialmente financiado con un subsidio que surgió del arreglo comercial de la demanda contra Pfizer.
«Se desconoce si el juicio fue la causa del aumento de la indicación de antiepilépticos y, por lo tanto, del gasto en salud -dijo Carlat por e-mail-. El estudio no controló los efectos de otros factores en las decisiones médicas, como la estrategia de comercialización de otros productores de antiepilépticos y la información científica de la efectividad de otros fármacos.»
El doctor Randall S. Stafford, que no participó del estudio, opinó sobre la posibilidad de que el juicio «no haya dañado a Pfizer tanto como se esperaba». Dijo por e-mail que «se estaba venciendo la patente de Neurontin y el juicio sólo aceleró el cambio deseado al uso sin aprobar de Lyrica», un antiepiléptico (pregabalina) que aún conserva su patente y fue motivo de otro juicio similar contra Pfizer, que aceptó un convenio por 2.300 millones de dólares en el 2009.
Pfizer no realizó comentarios sobre resultados asociados «con un acuerdo de hace una década».
Chace consideró que las autoridades deberían trabajar con las asociaciones médicas para informar a los profesionales sobre estas crisis para que actúen adecuadamente.