Jerusalén Este es «capital de la pobreza» para muchos palestinos, que denuncian «sobrevivir» en un sistema de políticas israelíes «discriminatorias» que les impide desarrollar con normalidad su economía y su vida.
La falta de oportunidades laborales, restricciones de movimiento por el muro, escasez de aulas que dificulta el acceso a la educación pública, problemas de vivienda y de provisión de servicios dan a los más de 300.000 palestinos de Jerusalén Este la sensación de vivir en una ciudad que sienten suya pero que consideran les es hostil.