Entre los 14 acusados por las autoridades estadounidenses hay cinco latinoamericanos: el uruguayo Eugenio Figueredo, representante de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ante la FIFA y vicepresidente de la FIFA; Rafael Esquivel, vicepresidente de la Conmebol y presidente de la federación venezolana de fútbol; el brasileño Jose Maria Marin; el nicaragüense Julio Rocha; el paraguayo Nicolás Leoz, expresidente de la Conmebol; y Eduardo Li, presidente de la Federación de Fútbol de Costa Rica y quien fue detenido en la operación.
Tras el anuncio de las acusaciones de la FIFA por supuestos sobornos, las reacciones de aficionados, federaciones de fútbol y analistas deportivos no se hicieron esperar en Latinoamérica.
En Venezuela, los aficionados al fútbol expresaron su preocupación porque este escándalo afecte a la Selección Nacional Venezolana, la cuál ha dirigido Rafael Esquivel desde hace más de 20 años.
En Brasil, el acusado fue Jose Maria Marin, quien presidió la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF por sus siglas en portugués), de 2012 a 2014. Desde México, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que se deberán investigar todas las copas y actividades.
Otro de los involucrados en el escándalo de la FIFA es el dirigente deportivo nicaragüense Julio Rocha. En Nicaragua aseguran que nunca se preocupó por el fútbol nacional. Rocha, que fue presidente de la Federación Nicaragüense de Fútbol de 1988 a 2012, es el nicaragüense que más alto cargo ha ocupado en la FIFA.
En Costa Rica, la noticia del arresto del presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Eduardo Li, cayó como un baldado de agua fría. Li fue nombrado en abril como representante de la CONCACAF al comité ejecutivo de la FIFA. La Fiscalía General de ese país afirmó que también investigará a Li.
En Uruguay, la noticia del arresto de Eugenio Figueredo por presunta corrupción en la FIFA tomó por sorpresa a aficionados, medios, y todos los sectores de la sociedad uruguaya. El director nacional de deportes de ese país se pronunció sobre el hecho y dijo que no le sorprendía en absoluto lo ocurrido.
«Maradona tenía razón». Ese fue el comentario generalizado de los argentinos frente al escándalo de la FIFA, haciendo referencia a las recientes declaraciones del astro del fútbol en las que afirmaba que la organización era corrupta.