El cambio político es requisito primordial para superar este desastre económico. Mientras tanto, el gobierno va a seguir insistiendo con el control de precios y eso simplemente nos deja como resultado un desajuste económico y la inflación más alta del mundo.
Después de ver el salto que dio el dólar en días pasados, lo primero que quiero comentar al respecto es que indudablemente el precio de la moneda extranjera incide en el estado anímico de los venezolanos, incluso, en el de aquellos que jamás han comprado uno.
Es lamentable decirlo, pero lo que queda de la moneda nacional, va en picada y no se consigue piso, al igual que el gobierno que tampoco aterriza.
Ante esta grave crisis que estamos atravesando en Venezuela, indiscutiblemente tenemos que mencionar a otros países que sufrieron crisis de hiperinflación y mega devaluación; lo cierto es que muchos han superado esa mala etapa y no fue precisamente con consignas políticas, ni persiguiendo a empresarios o comerciantes, fue tomando medidas coherentes para hacerlo por el bien del país y sus ciudadanos.
Con esto sólo quiero decir, que a Venezuela lo que le hace falta es un plan económico coherente; sólo así podremos salir de esta fosa en la que hoy estamos sumergidos; y definitivamente soy un convencido de que eso no es posible con este gobierno, porque no han querido ni tampoco han tenido la voluntad política para ello, pero peor aún, no se dejan asesorar por las personas que saben.
Por ello, el cambio político es requisito primordial para superar este desastre económico. Mientras tanto, el gobierno va a seguir insistiendo con el control de precios y eso simplemente nos deja como resultado un desajuste económico y la inflación más alta del mundo. Por otro lado el control de cambio, sólo ha traído como consecuencia que se dispare cada vez con mayor fuerza el dólar y que hoy en día nuestra moneda se encuentre desvalorizada.
De todas las formas posibles de cubrir el déficit fiscal, la más perniciosa e irresponsable es la “Monetización”. Por supuesto, esta es la preferida de los revolucionarios, y no es más que cubrir el déficit fiscal mediante la emisión de dinero inorgánico -gracias al BCV- incrementando la masa monetaria, y liquidando al bolívar a manos de la inflación y la devaluación.
Vale la pena recordar que todo este desastre comenzó con el famoso “millardito” aquel que irresponsablemente pidió el difunto y que el BCV le alcahueteó. Si hubiera un ranking de Bancos Centrales, está claro cuál sería el peor del mundo. El mismo que comanda la «guerra económica» contra los venezolanos.
Por ejemplo, Brasil anunció medidas de ajuste para cubrir su déficit sin “monetizarlo”. Sin devastar al Real ni destruir su economía. En la región no hay ningún gobierno más irresponsable que el nuestro.
Igualmente es importante recordar lo que ya considero un desorden más de este gobierno con los rusos, y es que cuántas visitas a Rusia habrá que hacer para que nos presten dinero. Hay que sacar la cuenta para ver si lo prestado alcanza siquiera para pagar los viajes que ha hecho hasta ahora Nicolás.
Por ello, quiero comunicarle al gobierno que la solución a nuestra crisis económica no está en Moscú, ni en Pekín. Está es en un programa económico coherente, con libertad para producir y crear, con reglas claras, seguridad jurídica, y con la más amplia participación posible del capital privado.
Por todo lo antes expuesto y más, es que al gobierno le da pánico publicar la cifra de inflación mensual, así como les da terror que se sepa la tasa del dólar paralelo. Y ni hablar del anuncio de la fecha de las parlamentarias, ¡esa le produce una descomposición total!
Omar Ávila
Twitter: @omaravila2010