Christian McPhilamy, de ocho años, vio en 2013 un comercial que lo marcó para siempre.
Se trataba de una publicidad del hospital St. Jude Children’s, donde los niños reciben tratamiento para el cáncer. A Christian le impresionaron tanto las imágenes que decidió hacer algo para ayudar.
Durante dos años se dejó crecer el pelo para donarlo a una fundación que hace pelucas para niños con cáncer.
El pasado 20 de mayo, Christian finalmente se cortó el pelo y donó a la fundación «Children with hair loss» (Niños con pérdida de pelo) mas de 40 centímetros de cabello.
Durante estos años, Christian soportó las burlas de sus compañeros y recibió muchas críticas, según afirma Deenna Thomas, su madre, en una publicación de Facebook.