La crisis es grave y determinante. Junio estaba marcado en el calendario de la planta de Ford Motor de Venezuela como el mes para cerrar sus puertas con un cronograma de producción interrumpido cada dos semanas para alargar la materia prima.
La comercialización en dólares de algunos de sus modelos es la única opción que se tomó como medida transitoria para mantener el ensamblaje de vehículos, aunque a baja capacidad, y mantener los puestos de trabajo.
Gilberto Troya, secretario general del sindicato fue tajante. “La empresa estaba en vísperas de cerrar, de liquidar, tenemos que aceptar la realidad como socialistas científicos que somos”. Pero el marco legal sobre el que se ha fundamentado esta alternativa ha sido severamente cuestionado. Troya lo defendió. Explicó que ya en el país existe el decreto 625, que permite que personas naturales importen automóviles. Lo que se está haciendo es que bajo ese mismo esquema se compran en el exterior las piezas para ensamblarlas con mano de obra local.
Eso resuelve la controversia que ha surgido al no debatirse con claridad el marco jurídico. “La moneda de curso legal es el bolívar, es así, pero la normativa del país permite hacer ese tipo de comercializaciones sin problemas”.
El procedimiento es sencillo. El cliente debe acudir a un concesionario, solicitar el presupuesto del modelo que desea adquirir, y realizar una transferencia bancaria en dólares a una cuenta que maneja Ford Motor de Venezuela en el exterior. A partir de ese momento debe esperar entre 60 y 90 días para que lleguen los insumos y sean nacionalizados.
El resto de las ensambladoras también está negociando con el Ejecutivo la implementación del mismo mecanismo. Aún no se ha concretado porque solo Ford cuenta con la plataforma requerida para conectarse con el sistema internacional de los proveedores. Pero las representaciones sindicales están de acuerdo, solo resta esperar que la decisión sea anunciada.
Por ahora la paralización en la planta persiste. Se espera que el lunes 15 de junio se activen las líneas de manufactura para el ensamblaje de los últimos 150 camiones 350 con la materia prima que queda de las importaciones de 2014.
Fuente: El Carabobeño