Rebeldes sirios tomaron este martes una de las bases militares más importantes en el sur del país, lo que constituye un nuevo revés para el Ejército del presidente Bashar al Asad
El Ejército sirio ha sufrido en los últimos meses una serie de derrotas frente a los yihadistas del Estado Islámico (EI) y también ante otros grupos que quieren derrocar al régimen de Asad.
Los rebeldes ganan terreno en el norte y el sur de Siria, donde los insurgentes recibieron un creciente respaldo de sus socios regionales, sobre todo Arabia Saudí y Turquía.
«Tras 24 horas de combates, el Frente Sur [rebelde] liberó enteramente la base llamada Brigada 52 y echó al régimen», declaró un portavoz de ese grupo armado, Isam al Rayes. «Cerca de 20.000 rebeldes participaron en […] esa operación relámpago», añadió.
La Brigada 52 era de una de las últimas bases en manos del régimen en la provincia meridional de Deraa, dominada por la rebelión.
Se trata de un lugar estratégico que da a los rebeldes un acceso a la provincia de Sueida (sur), una de las pocas que sigue controlada por el régimen. La base se sitúa, además, a diez kilómetros de la principal autopista que va del sur del país a la capital, Damasco.
«Esta base era una pesadilla para los rebeldes porque era la principal base a partir de la cual el régimen bombardeaba todas nuestras regiones en el sur», dijo Isam al Rayes.
El recinto también albergaba a «un importante cuerpo de infantería utilizado por el régimen para asaltar las ciudades del sur», indicó a la AFP Dia al Hariri, portavoz de Faylaq al Awal, uno de los grupos rebeldes del Frente Sur, una coalición formada principalmente por rebeldes considerados como moderados y grupos islamistas como Ahrar al Sham.
– Víctimas civiles –
La ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) explicó, por su parte, que los rebeldes habían bombardeado la base, obligando a los soldados del régimen a retirarse hacia la localidad cercana de Dara.
Al menos 14 rebeldes y 20 soldados murieron, según esta ONG con sede en Reino Unido, que dispone de una amplia red de fuentes en Siria.
Según varios expertos, los rebeldes llevan meses recibiendo un importante apoyo de sus socios sauditas, turcos o cataríes, que decidieron dejar a un lado sus rivalidades regionales para ayudarlos.
El OSDH asegura que unas 230.000 personas fallecieron desde el inicio del conflicto sirio hace más de cuatro años. Entre los fallecidos hubo 70.000 civiles, incluidos más de 11.000 niños.
Las bajas civiles diarias pueden explicarse, en parte, por la decisión del régimen de seguir recurriendo a los bombardeos aéreos como principal arma contra los insurgentes.
Este martes, cuatro civiles de una misma familia murieron después de que la aviación siria soltara un barril de explosivos sobre un barrio rebelde de la ciudad de Alepo, según un periodista de la AFP.
– EI en Irak, un año después –
En el vecino Irak, dos yihadistas del EI armados de fusiles de asalto, pistolas o cinturones explosivos atacaron este martes un consejo municipal en el oeste, según responsables locales.
Los dos hombres, que llevaban uniformes policiales, fueron abatidos antes de detonar sus cargas explosivos, pero consiguieron abrir fuego, matando a un policía y a un civil.
Este ataque se produjo exactamente un año tras el inicio de la ofensiva del EI en Irak, que le permitió conquistar extensos territorios del oeste y del norte, incluida Mosul, la segunda ciudad del país.
El ejército y las poderosas milicias chiitas, que no consiguen lanzar una operación para retomar Mosul, avanzan, sin embargo, en Baiji (200 kilómetros al norte de Bagdad), una localidad situada cerca de la mayor refinería de Irak, codiciada por el EI.
Via AFP