La aldea completa — donde no viven personas — está cubierta prácticamente en su totalidad por un tipo de hiedra, conocida como parra virgen, que hacen de este un hermoso paisaje.
Las plantas trepadoras se tejen por entre las viejas paredes de piedra y las atraviesan, apoderándose de lo que alguna vez fue un pueblo pesquero chino.
La autora de estas fotografías le dijo a CNN que llegar a este lugar le tomó cuatro horas en un viaje por bote para alcanzar la isla, un genial escape de las bulliciosas escenas de la ciudad.