Como dice el refrán “Éramos mucho y parió la abuela”. Claro, la culpa no es de estas familias que han llegado a estos pueblos por eso que llaman “cosas del destino”, tras haber perdido sus casas y, en muchos casos, a sus seres queridos
El desorden y la “autoridad” del hampa se imponen en los conjuntos residenciales, donde también habitan funcionarios policiales y de diversas instituciones oficiales, quienes en muchos casos, ante un hecho punible, miran al otro lado de la acera y evitan ser víctimas de los malandros
La región de los Valles del Tuy, por su ubicación geográfica, ha sido utilizada como el “comodín” para resolver algunos problemas de Caracas. Esto sucedió en los mandatos de la llamada 4ta República y ocurre, en mayor proporción con el Gobierno Bolivariano. Prueba de esto, es la edificación de importantes conjuntos residenciales en la zona. Pareciera, que estas urbanizaciones se diseñan de manera ideal en las maquetas, pero en la práctica sucede todo lo contrario y hoy tenemos en estos municipios urbanismos levantados sin planificación, orden ni ningún control por parte de las autoridades. Este escenario desmejora la calidad de vida de quienes residen en estos lugares, ya que la falta de planificación trae como consecuencia las fallas en el suministro de agua potable y del servicio eléctrico. Además, estos nuevos vecinos no cuentan con escuelas aptas y dignas para que sus hijos sean educados. Tampoco hay fuentes de empleos, debido a la caída progresiva del aparato productivo en la zona.
La llegada de este contingente de habitantes colapsa el ya deprimido sistema de salud y el transporte público. Como dice el refrán “Éramos mucho y parió la abuela”. Claro, la culpa no es de estas familias que han llegado a estos pueblos por eso que llaman “cosas del destino”, tras haber perdido sus casas y, en muchos casos, a sus seres queridos. A ellas, un abrazo solidario, respeto y cariño. Esta situación que vivimos los tuyeros donde cada día somos más, pero seguimos teniendo los mismos centros de salud, las mismas escuelas, unidades de pasajeros, camiones recolectores de desechos sólidos y los mismos locales comerciales, se debe a la falta de planificación y seriedad del Gobierno Bolivariano en no desarrollar una política Estatal en materia urbanística que vaya más allá de asignar, en calidad de adjudicación, un inmueble.
La lógica me dice que si se edifican un urbanismo de grandes proporciones a esas familias se les deben garantizar áreas dignas para la salud, educación, recreación y fuentes de empleo, entre otros derechos para mejorar su calidad de vida. Pero, la realidad es otra. El desorden y la “autoridad” del hampa se imponen en los urbanismos, donde además residen funcionarios policiales y de diversas instituciones oficiales, quienes en muchos casos, ante un hecho punible, miran al otro lado de la acera, evitando así también ser víctimas de los malandros.
Jean Carlos Rodríguez
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