Para generar bienestar económico en un país debemos aplicar políticas sectoriales, pero asimilando al mismo tiempo, su efecto integral y multiplicador. Recordemos: hay medicinas que –a pesar de ser para el corazón- también sirven para el tratamiento o la disfunción de otros órganos: Eureka!.
Este es el caso del turismo. Una actividad en la que se pierde de vista su efecto positivo en el resto de los sectores económicos. En el caso específico de este artículo, haré énfasis en las visitas o llegadas internacionales, esas que gastan en alojamiento, comida, bebida, entretenimiento, compras y otros bienes y servicios.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) da cuenta y certifica con diversos estudios el efecto del turismo en la atenuación de la pobreza, y visto más allá, el turismo es para algunos países el principal generador de riquezas. Incluso, desde hace más de cuatro lustros, algunos países emblemáticos por su condición petrolera (México), han encontrado en el turismo una fuente de ingresos en divisas que, en ocasiones, ha superado o igualado el ingreso generado por el llamado “oro negro”.
Ecuador y Colombia, también países petroleros (aunque en grados muy inferiores a Venezuela, por supuesto) están sacándole el mayor provecho al turismo como un lubricante que facilita e impulsa el engranaje del motor económico. Ecuador y Colombia emprendieron hace unos años intensas y agresivas campañas para atraer turistas extranjeros a sus territorios.
CNN en español ha sido uno de los vehículos que estos dos países han utilizado en su estrategia de comercialización como destino turístico internacional. Incluso, en el caso colombiano, la campaña refleja indirectamente el “handicap” con el que tuvieron que luchar para cambiar la imagen de unos de los países que, en el pasado, ostentaba la deshonrosa calificación de ser uno de los más violentos del mundo. De allí, que jugaron con esa realidad para decirle al mundo que ahora las cosas son distintas: “En Colombia, el riesgo es que te puedas quedar”.
Los resultados están a la vista. Son perceptibles al ojo por ciento y se pueden confirmar en la data que generan no solo los organismos oficiales de estos países, si no la que producen el Banco Mundial y la OMT. Ecuador ha registrado un incremento constante en los últimos años de sus llegadas internacionales: un millón 364 mil (2013); un millón 500 mil (2014) y para este año 2015 estiman llegar a un millón 600 mil turistas extranjeros que visiten al país ubicado en la mitad del mundo.
En Colombia, la tendencia es igualmente creciente, además de contar con unas estadísticas impecables en el conteo de sus llegadas internacionales que decanta de las mismas a los colombianos no residentes, a quienes suponen que visitan al país por re o por fa. Así las cosas, Colombia recibió en el 2014 un millón 967 mil 814 turistas extranjeros, que inyectaron al torrente sanguíneo de la economía de ese país cerca de 6 mil millones de dólares.
Miguel Pérez Abad